Por Alfonso Hamburger.
La cara del viejo no se compadecía con la belleza de la mañana. Hacía frío. El sol venía brillante por encima de los edificios. Amagaba con más lluvia. El viejo yacía entumecido sobre su cuerpo enjuto y usado. Estaba sentado sobre el sardinel del antiguo edificio Constanza, diagonal a la iglesia catedral, frente a la frutera, sobre la panadería María Bonita. El viejo, con su mirada inexpresiva miraba pasar la mañana sin clientes. Nadie pedía un periódico. Apenas hacia un turno a un amigo, porque hacia rato que no ejercía su viejo oficio. A duras penas se había repuesto del Covid 19 y ahora estaba allí, viendo pasar a los madrugadores de a pie, en motos, en autos. Los autos carraspeaban su garganta. Apenas se apagaban las luces públicas y el estaba allí. Había llegado caminando desde el barrio Argelia. Todavía se sentía fuerte para caminar. Lo que le preocupaba era la venta de los periódicos. De dos mil que vendía en los tiempos de Emil Pacini, ahora solo se vendían cuatro del moribundo Meridiano, en un tamaño más reducido a 1.200 pesos . El Propio si se vendía un poco más. Otro viejo tiró el vaso de plástico donde se bebió el primer café. No había una canasta para la basura. Después lo recogió, apenado. Ahora la gente lee por internet, dice.
El Chocolate Garcés, o el Canguro, como le bautizaron en Sucre porque daba saltos cuando peleaba, sigue entumecido y nadie le cree que fue el primer boxeador colombiano en ganar una pelea internacional, ocurrió en el Ecuador, años antes de que Antonio Cervantes Kid Pambelé nos enseñara a ganar.
Como no le creo sustrae de sus papeles una fotocopia del periódico donde está su historia “De boxeador a voceador”, escrita por Edith Guerra, donde está su palmarés. Nació en Magangué y de 16 años se vino a Sincelejo, donde se hizo boxeador. Ganò titulo nacional en mosca y pluma, pero existía celos porque era de Bolívar y tuvo que irse a Bogotá a pelear por la capital. Su foja es impresionante. Tuvo problemas con su mujer y se separó. Le quedaron dos hijos, ya pensionados. Ahora vive solo.
Tiene 67 años y dice que le ha tocado anestesiar a tres personas en peleas callejeras, porque no lo quieren respetar.
Les dejo su corta entrevista para mi canal de YouTube.
