Gustavo Bolivar, senador.

¿Qué fue lo que hizo Gustavo Bolívar encerrado en un baño en Sincelejo

Gustavo Bolivar, senador.
Gustavo Bolivar, senador.

IMAGEN UNISUCRE

Nueva Cabina de Unisucre FM

Por Alfonso Hamburger

Al leer la excelente crónica testimonial del senador electo Gustavo Bolívar sobre su experiencia con Gustavo Petro en la pasada campaña electoral, me trajo a la memoria el día en que este escritor y hoy líder de Colombia Humana estuvo encerrado en un baño de Sincelejo donde no había agua, papel higiénico ni luz. Es una situación muy engorrosa que nos ha pasado a muchos. Toca ser muy ingenioso. Si se hizo popó hay que usar el pañuelo, la franela o sacarle un bocado a la camisa.
Sucedió en la campaña anticorrupción que Bolívar adelantaba en todo el país impulsando el premio Carroña, que creo aquella vez la intención de voto la lideraba el procurador Alejandro Ordoñez. Las instalaciones de Unisucre FM Estéreo, emisora cultural de la Universidad de Sucre, estuvieron durante diecisiete años, seis meses y tres días en el edificio Perna, en las oficinas 303, que ya estaban vetustas, en pleno centro de Sincelejo. El aire acondicionado integral estaba averiado, se le colaba la lluvia, los baños no tenían agua permanente y la puerta de uno de ellos, el de los barones, se trababa. Para colmo, aquel baño, que ese día no tenía papel higiénico ni agua, era el depósito del trapero, el balde, la escoba y todos los cachivaches en desuso. Era tétrico. Tanto que era preferible usar el de las damas. Se sumaba la tragedia de que el bombillo se había quemado, lo que lo hacía más tétrico.
Gustavo Bolívar, después de pre grabar una entrevista de una hora, solicitó el baño. Parece que ese día estaba enguayabado o indigesto, porque antes de entrar ya sudaba como caballo cochero. Media hora después de estar en el baño, a mí me pareció extraño la demora, pero me dio pena tocarle. Fue donde me acordé de la ausencia de papel, entonces envié al control a comprar, pero ese día había una marcha de protesta y los principales almacenes del sector estaban cerrados, por temor a la revuelta popular. El muchacho apareció a la media con el papel, momento en que algunos voluntarios nos aprestábamos a destrabar la puerta. Bolívar había quedado atrapado. Estaba trabada la puerta, porque el manubrio se pelaba y no enganchaba. Buscamos un cerrajero y abrimos la puerta. Al salir Gustavo Bolívar, el gran escritor y hoy senador, tenía la cara cadavérica y pálida. Me dio pena preguntarle qué le había pasado, si estaba desmayado o no y si había alcanzado a realizar alguna deposición. Pidió un vaso de agua, se lo tomó con avidez y se fue con sus acompañantes sin decir nada. Yo estaba muy apenado y ese día tomamos la decisión de mudarnos.
Una vez el hombre se marchó, después de acompañarlo hasta la puerta de salida, fui a aquel baño de mierda y miré la escena. No había agua, no había papel ni luz, pero no había rastro de nada, tampoco malos olores. ¿Qué había hecho Gustavo más de una hora encerrado en un baño en semejante estado?
Recordando el caso con Numas Armando Gil, el filósofo me dijo que en esas emergencias, que suelen pasar reiteradamente, es usual usar un pañuelo, un pedazo de la camisa o de la franela, pero en esta ocasión, Bolívar fue tan minucioso en su tarea, que no dejó rastro de su operación fisiológica, porque estoy casi seguro de que no fue vomito ni orinada lo que hizo, pero eso sí: parecía trajinado por un guayabo del carajo.
De todas maneras es más tétrico hacerlo debajo un puente invadido de inmundicias, con abundante mosquito, bajo un sereno impertinente y con varios puercos disputándose la producción, en un pueblo ajeno.

Alfonso Hamburger

Celebro la Gaita por que es el principio de la música.

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