Por: Eduardo Pertuz.
Si visitas esta hermosa ciudad, te recomiendo la aventura en los planchones sobre el Brazo de Mompox; es una divertida y cultural ruta turística, primero te explican la historia del sitio, encontrarás bella fauna y flora, en esta ocasión una enorme babilla haciendo curso para caimán, con su boca abierta y su fila de dientes, muy tranquila viendo como pasaba el planchón, sus ancestros vivieron la dura época de la matanza por deporte, desde los grandes buques a vapor que navegaban sobre el río Magdalena. 🐊 🚢
Gran variedad de aves, galápagos tímidos, saltando desde troncos a medio salir de la orilla, bandadas de pájaros y en ocasiones me he topado con murciélagos que acompañan al bote en su recorrido, lo hacen muy pegados al agua. Garzas blancas y grises que contrastan con el verdor del monte. 🦆🪿
Los atardeceres son hermosos, con el sol reflejado en el agua, se pueden apreciar variedades de aves que cruzan el río, camino a su casa a descansar.
Luego del festín paisajístico, viene la buena música costeña para el deleite de todos; entablé conversación con una española que llegó por tres días y lleva siete en Mompox, no se quiere regresar a Barcelona, dice que nosotros los colombianos somos afortunados de tener estos paraísos, Colombia es mágica, aseveró mientras yo asentía con la cabeza y me tomaba mi cervecita; le dije a continuación: te parecerá increíble, los que más se gozan este hermoso país son los extranjeros, te los encuentras en lo más recóndito del país, gozando y disfrutando de lo lindo; muchos colombianos no han podido salir de la zozobra y se pierden de estas bellas oportunidades, viven en la desesperanza cuando bien pueden cambiar esa opción. 🇨🇴
Dos curiosidades: en el municipio de Santa Ana, cerca a Mompox, bajo un palito de mango reposando el calor con una paleta de agua, vimos y escuchamos pasar un moto «tuc tuc» perifoneando al medio día y con las calles vacías por la alta temperatura, el anuncio de un sepelio: “se avisa que la señora fulana de tal falleció en el día de hoy, se invita a sus amigos y allegados a las exequias en tal dirección…”; esa costumbre pronto se perderá, el pueblo crecerá y esto será cosa del pasado.
La otra curiosidad fue en el corregimiento de Patico: de solo dos calles y una pequeña placita frente a su diminuta iglesia, llegar allá significan 20 minutos de trocha desde la pavimentada; un particular tenderete en la placita, venta de pantalones como de abuelitos, de esos que llegan hasta arriba del ombligo, colgados en una pita: compré uno, y de ñapa me dieron un trago de «Ñeque», sabrosito. Patico fue donde nació el cantautor Pedro “Ramaya” Beltrán. 🪗
He visitado a Mompox en muchas oportunidades, no deja de sorprenderme, cada vez está mejor sin perder su esencia, un apacible pueblo colonial congelado en tiempo.