Oct 11, 2023
DEL MAZHAR AL ACORDEÓN |
Homenaje
Camilo George.
Por: Roque Filomena
Este 12 de octubre se conmemora un aniversario más del fallecimiento del ilustre e inolvidable inmigrante libanés Camilo George Chatme, que a sus 32 años arriba a Fundación Magdalena, atraído por la hospitalidad y el empuje que se vislumbraba en este pueblo de gran emporio comercial y que para la época se erguía como la célebre Esquina del Progreso del Magdalena grande.
Es así como Don Camilo deja atrás el sonar en sus oídos de un típico Mazhar de su natal Jdeideh en el Líbano, para enamorarse de las sonantes notas musicales de un acordeón ejecutado por los juglares que en aquél entonces solían llegar a Fundación para mostrar su destreza en la digitación de este maravilloso instrumento de origen alemán que con su rítmica melodía acompañaban sus cantos de sonadas composiciones donde contaban sus anécdotas, sus costumbres y sus historias de vida, a la vez que exaltaban el amor y la belleza natural de los paisajes de su entorno y de los que divisaban en sus andanzas donde dejaban notas melodiosas y sus románticas aventuras.
«El turco», como cariñosamente se le llamaba al libanés Camilo George por su pasaporte expedido en Turquía, instala entonces en Fundación en el año de 1.944, el almacén » Casa George» una miscelánea donde vendía toda clase de artículos para el hogar, electrodomésticos y una sección muy especial de venta de discos e instrumentos musicales a los cuales agregó el instrumento estrella que empezaba a destacarse en esta parte de la región Caribe por sus notables ejecutores, como es el acordeón que le dio vida y realce a lo que más tarde se le denominara música vallenata.
Como buen visionario y el haberse compenetrado con el sentir y la idiosincrasia del pueblo que lo acogió, tuvo la extraordinaria idea de crear, en el año de 1.950, una sana competencia musical entre los más destacados intérpretes de la música de acordeón, convirtiéndose así en pionero de este tipo de eventos y que hoy se realizan en casi todos los pueblos y ciudades de la costa, siendo el más sobresaliente por su valiosa organización y su importancia a nivel nacional y de gran proyección internacional, el que se celebra todos los años en la ciudad de Valledupar con el nombre de Festival de la Leyenda Vallenata.
Al tiempo en que se fortalecía comercialmente, Don Camilo George, quién había vivido inicialmente en Salamina Magdalena y compartir su vida sentimental en matrimonio con la dama Cora » Diosa » González y habiendo allá nacido sus hijos Kemel y Elías, se establece de manera definitiva en la próspera población de Fundación donde se incorpora socialmente por su amplitud y generosidad, siendo maestro en grado 33 de la Logia masónica y miembro fundador del Club Fundación y del Club Rotario, a la vez en que iba creciendo la familia con el nacimiento de Edgar y mi querida compañera liceísta, Miriam.
Su amor por la familia, su carisma y su inagotable espíritu cívico, se constituyeron en los pilares para colmar de entusiasmo a la ciudadanía fundanense que atendía con alborozo los llamados del inquieto «turco» George para organizar los concursos de acordeón que hacían eco en toda la comarca y que hoy se han irrigado por todas las partes de Colombia donde la música de acordeón, ahora música vallenata, ha llegado en alto grado de popularidad y donde en cada rincón donde se organice un festival acordeonero es como un intangible homenaje que se le hace a Camilo George, el precursor de dichos festivales en el mundo, porque ya sabemos que hasta en Estados Unidos, se vienen realizando año tras año este tipo de festivales.
Por ello, nos atrevemos desde este artículo, invitar, no solo a la comunidad musical de Fundación y del Magdalena, sino a sus dirigentes municipales y departamentales para retomar la realización de los festivales de acordeón que merecidamente deben llevarse a cabo en el pueblo donde se originaron, como lo es Fundación, que por eterna gratitud y como homenaje tangible e imperecedero debe llevar el nombre de su ilustre precursor, «Festival Camilo George Chatme».