!Murió Rafael Chica y no nos acostumbramos al olvido¡

CHICA GUZMAN

RAFA, EXITOSO EMPRESARIO DEL PERIODISMO.

En estos tiempos dramáticos que atravesamos uno se acuesta por la noche y al despertar da miedo mirar el celular. La muerte se ha ido convirtiendo en una especie de ese lugar común que vuelve malas a las novelas. Son tantas muertes que ya da pena dar el sentido pésame, que parece repetitivo, insulso, porque la muerte no puede resumirse a una cifra. Es una vaina eterna, para toda la vida. Y por lo regular esa noticia tan nueva siempre llega de madrugada. Nos sucedió con Jorge Oñate y la maldita noticia no para.
Aquel 28 de febrero miré mi celular a las 5:30 de la mañana en San Jacinto y vi un mensaje de mi hija Marialis, que nunca parece dormir. Murió Jorge ozatt#@. Me imagino que escribió el mensaje medio dormida, a las 0:48 minutos AM. El apellido estaba mal escrito, pero enseguida me imaginé que era Oñate, quien mantenía al país en vilo desde principios de Enero cuando se contagio de Covid-19.

Y después de Oñate me da miedo ver las noticias. Al mirar el celular, que ha reemplazado al radio transistor, la carrandanga de muertes ha sido imparable. Las cintas negras se repiten y se repiten. No sabemos quién será el próximo o la próxima . En la madrugada, me imagino hombres y mujeres intubados, tirados bocabajo, en una clínica lúgubre, luchando por respirar.

Y eso que solo nos conmueven los conocidos, Miguel Durán Junior, Esteban Orozco, Isabel Zucardy, Pablito Lora, Cleme Pereira…
Y ahora Rafa Chica Guzmán, por eso escribo esta nota en mi celular, en vigilia.
Mi recuerdo se remonta al año 1987,cuando llegué a Monteria como corresponsal de El Universal. También eran tiempos dramáticos, pero de un periodismo cálido y colaborativo,en que todos jalabamos para un solo lado: la verdad.
Córdoba estaba sitiada por la guerrilla. Rafael Chica Guzmán, aún no estaba en mi retina.
Allí conocí a Denise, una joven guapa, trigueña, sencilla, que un día no tuvo inconvenientes en viajar a un municipio lejano sentada en mis piernas como colaboradora del departamento de publicidad del periódico. Estábamos tan integrados que aquello era una hermandad. En la camioneta luv roja de estaca, donde se distribuía el periódico, sólo cabían el conductor y un ayudante, pero aquella vez nos metimos cinco. Sin morbo alguno llevé en mis piernas a Denise. Ella atendió a sus clientes mientras Conde repartía los periódicos, Carcioffi tomaba las fotos y yo hacía el reportaje, en unas corralejas de Planeta Rica.

Muchos años después supe que la bella Denise se había convertido en la primera dama de Cereté,tras casarse con el periodista Rafael Chica Guzmán.
Chica era una especie de pulpo del periodismo cordobés , un corresponsal muy dinámico, que cantaba la noticia. Y fue uno de los primeros en convertir las redes sociales en una aliada, más no una competencia del periodismo. Tenía importantes niveles de audiencia.
Eso de combinar el periodismo con la política no es un ejercicio muy fácil y creo que Rafa supo hacerlo.
Si en nuestro tiempo en Montería hacíamos un periodismo de a pie, de trasegar caminos, de abrir trochas y vadear ríos turbulentos o de subir Montes embarbascados, creo que Chica abrió la era de las camionetas. La mayoría de los comunicadores cordobeses andan bien montados.
En mi último premio de periodismo, consagración a una vida, Chica Guzmán fue jurado. Lamenté su excusa de no hacer presencia física en Sincelejo. Fue la última oportunidad que tuve
de vernos y de hablarle, lo que no se pudo.
Como en el viejo Miguel, primero se fue Denise para el cementerio y ahora Rafa para ese viaje sin retorno.
Paz en sus tumbas.

Alfonso Hamburger

Celebro la Gaita por que es el principio de la música.

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