Un Kilo de Amor llegó a Tolú.
Un kilo de amor, que busca llevar comida a los habitantes de la calle, llegó a Tolú, con un recorrido por las playas y plazas, llevando alegría a niños y adultos. Repartieron hojuelas y arequipe a los niños.
La actividad la lidera Amira Hernández Vergara con un grupo de voluntarios que buscan llenar ese vacío que han dejado las autoridades.
Un kilo de amor nació en Venezuela, a raíz de la crisis social, económica y política de aquella nación, donde vivía Hernández Vergara.´
A su regreso a Colombia, con otras personas caritativas, empezaron a llevar comida a los habitantes de la calle los miércoles. Ahora la actividad se hace todos los días, con recorridos que se inician por la Avenida Las Peñitas, centro de Sincelejo, Mercado viejo, Avenida Ocala, Mercado nuevo y terminal de transporte.
Por lo regular llevan sopas, chocolate o sándwiches ya preparados, porque son personas que no tienen cocinas y algunas de las cuales están enfermas.
Algunas viven en los sardineles, bajo las alcantarillas y puentes o en pequeños cambuches en las pajas de los alrededores del mercado del Papayo.
Un kilo de amor busca que las personas de buen corazón donen desde un kilo de arroz, de lentejas u de otro alimento que se pueda preparar, mientras las autoridades asumen el deber de recoger a los habitantes de la calle, a raíz del coronavirus.
Ojalá, dijeron los voluntarios, se puedan censar y recluirlos en un lugar donde puedan ser atendidos eficientemente.