JUAN CHUCHITA, EN LA NOCHE DE TAMBÓ

Fotos tomadas de El Heraldo.
Fotos tomadas de El Heraldo.

JUAN CHUCHITALos Nómadas en el carnaval (V)
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– El grito más elevado del guapirrero sabanero. Igual fue rey de la guacharaca con Andrés Landero.

Por Alfonso Hamburger

Cruzando el océano atlántico rumbo a Madrid, aquel avión entró en una zona de fuertes turbulencias. Fueron momentos terribles para la delegación de la Asociación Mutual Ser, quienes iban a una inducción sobre Ley Cien, creyéndose los únicos privilegiados sobrevivientes de aquellos minutos de zozobra. Después de la tormenta, vino la calma y la reflexión a gritos:
– Si este avión se hubiese caído, me imagino el titular del Heraldo de Barranquilla mañana: “En el avión siniestrado iban cuatro San Jacinteros”.
De pronto oyeron a sus espaldas una vocecita delgada, como salida de una chapa vieja, ya conocida:
– ¡Cuatro no, cinco, porque yo también soy San Jacintero!
Volvieron sus miradas a sus espaldas y allí vieron al hombre de macilenta figura con su sombrero zenú. Era Juan “Chuchita” Fernández, de los gaiteros de San Jacinto, quien iba a un taller de gaitas en algún lugar del mundo.
En el aeropuerto de Madrid, Juancho Chuchita sirvió de guía a sus primíparos coterráneos, a quienes orientó, antes de caminar apresurado a su destino. Ellos se quedaban solos en Madrid, con un halo de abandono, porque Juan continuaba su gira.
– ¡¿Juancho y a dónde sigues ahora?, preguntó Galo Viana, jefe de la delegación.
Y Juan, camuflado en un vestido de lujo, donde solo sobrevivía de su tipicidad su sombrero, respondío:
– Aquí, disque a Bruselas, y se fue con ese paseíto, dejándolos con aquella fregantina en el corazón.
II

Madrid, Moscú, Bruselas, Toronto, Paris, son nombres que los nómadas han familiarizado como si fueran La Cuevita, el cerro de Maco o el Gurrufero, nombres ya familiares en nuestra discografía popular, porque jamás le temieron a un avión, desde que salieron del patio, hacia 1953, cuando Clemente Zabala, se presentó en el pueblo con Manuel Zapata Olivella, quien se los llevó por el mundo.
Mientras Juan recuerda la anécdota y se acomoda la chapa- está estrenando diseño de sonrisa-, Numas Armando Gil le puya las costillas, porque su ídolo, Juan “Chuchita” Fernández, tiene que subir a tarima, en la Gran Noche de Tambó, donde es el homenajeado al lado de Pedro Ramayá Beltrán, otro tolete de talento, igual evadido del viejo Bolívar Grande, en la región de Mompox.
Chuchita, dicen, es el último gaitero de San Jacinto , pero como verdaderos nómadas, esa plaga no se extingue “porque tengo y me están haciendo”.
…Y cuando mucho, ni tienen ni necesitan.

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Alfonso Hamburger

Celebro la Gaita por que es el principio de la música.

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