DIÁLOGO SOBRE EL COVID- 19 ENTRE COLEGAS.
-La gripe que me pegó la partera.
Por Alfonso Hamburger
Yo tengo la gripe que me pegó la partera. He tenido pesadillas, he soñado que estoy al borde de acantilados, pero también que vuelo. Me hicieron la prueba en mi EPS, pero sesenta días después no me dan el resultado. Creo que falló el protocolo. El joven que me aplicó la prueba del hisopo no tenía guantes, apenas La mascarilla y la posición en que me puso el artefacto ni la posición del cuerpo no es la correcta. No estaba ni tibio, se veía que era la primera vez que lo hacia. No tenia cara de médico sino del jardinero. Y al finalizar tiró el hisopo a la caneca, pero éste cayó afuera. En el condominio donde vivo, 29 apartamentos, hay supuesta mente hay dos casos. Yo creo, sospecho, que he tenido ya el covid-19 varias veces.
Lo que dicen los expertos, aunque con este virus nada es concluyente, no es que repita, sino que quedan secuelas.
Ya yo he padecido de las siete plagas de Egipto
Alfo, pero tus síntomas se parecen más a las pestes de las novelas de Gabo, me dice una querida colega.
Sufro de insomnio, le respondo. Después de tres de la madrugada ya no puede dormir. Estiro la mano y no te encuentras. Me huyes, le digo.
Ahora ya no sé si estás bromeando, fantaseando o escribiendo una obra imaginaria o en serio , dice mi amiga.
Pero es literalmente cierto. Puro realismo estoico.
– Tenía que su cederte a ti… ¿Eso no se llama frío de perros?, me escribe.
— Me he levantado con los labios cuarteados, con un sabor a cobre. Y he pensado en ti.
– ombeee, sé serio!, dice ella.
– No soporto el tapabocas. Me asfixia. Igualmente tampoco tolero los espacios apretados. No consiento aretes ni binchas ni peinetas sobre mi ralo cabello. Mi madre tampoco soportaba nada en su cabeza.
– Nunca llevo casco más allá de mi calva amarilla.
.–Esta enfermedad del Covid, lo juro, no fue hecha para mí. Ya llevo cuarenta días como un camaleón reseco, que no me asomo ni a la ventana.
— Quizá sea mejor que cada quien cuente su caso o experiencia… Quizá algunos prefieran que su condición no se sepa, dice mi amiga.
–Creo que todos hemos tenido en algún momento o varias veces síntomas asociados al Covid-19, he preferido pensar que se trata de una psicosis generalizada. También he pensado que me ha dado el virus como cinco veces.
Pero como los «síntomas» son leves hemos dejado pasar por alto el hacernos la prueba, que en estos momentos ya solicitarla y tener respuesta se ha tornado inalcanzable.
— ¿Alfo, y te asiste tu EPS?, me pregunta ella.
— La mejor defensa es cuidarse uno mismo.
–Pero con más razón debemos estar todos al tanto
— Se han portado super bien. He controlado mi azúcar. Me mandaron las medicinas a mi apartamento y me han visto varios médicos. Lo malo fue mi despiste porque me fui a Corozal a hacerme un electrocardiograma, me volé un control electrónico y resulta que la IPS Corozal queda en Sincelejo.
— Pienso que muchos o la mayoría prefiere mantener en reserva o secreto su condición. Algo de lo que no estoy de acuerdo pero respeto. Si bien es cierto, no se trata de ponerse un letrero en la frente para que todos sepan que se tiene el virus, no es menos cierto que en estas situaciones es mejor contar con una mano amiga (aunque sepamos que la familia está ahí para eso, para apoyar), porque se trata de poder pasar el trance con el mínimo impacto físico y mental posible.
— Félix, el de Caracol, también tiene síntomas, me dijo
–Soy amigo del gerente de la EPS y como me las pico de artista, que digo, periodista, tengo privilegios. Sin embargo, 60 días después no me dan resultados de la prueba. Tengo para escribir otro libro.
— En casa de Felix viven once personas
— Mi mensaje para todos los colegas, compañeros y amigos de este grupo es que aquí he estado, estoy y estaré dispuesta a apoyarlos en lo que necesiten, me gusta escuchar y poder por lo menos dar una palabra de aliento. Pero si prefieren reserva también los apoyo con mis oraciones y deseos que todo salga bien
–Yo debo decirles que en el último mes, desde que me dejaron trabajando sola, he tenido de toda clase de dolores y malestares, algunos asociados a lo de la COVID-19, pero yo creo que lo que he tenido es virosis aunado a un estrés laboral muy grande. A duras penas respiro. No creo tener ese virus porque desde que inició la pandemia he ido a la calle 4 veces, una por mes, y eso porque solo yo puedo hacer esas diligencias.
–Me agrada ese sentido del humor de Alfonso, porque yo lo que tengo es miedo porque las cifras de fallecidos ya no son números sino caras conocidas.
— Doy gracias a Dios porque hasta el momento no he sentido ningún tipo de síntomas. Sin embargo, todo este tema si me ha tenido preocupado, porque uno no sabe qué puede pasar y cada vez que muere una personas o conocemos de alguna personas cercana enferma, la preocupación aumenta y eso hace que extrememos las medidas. Debemos tener fe y paciencia-