nuevas busetas

!Un domingo sin ladrones a la vista!

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¡La ventaja de una buseta sin pasajeros!

El pasado domingo fui a llevar un cuñete de pintura al Conjunto Residencial Linares, en el barrio Medellín, dos cuadras después del hotel Malibú. Tomé una buseta ejecutiva del sistema Sibús, que iba casi vacía. Tenía el Dos de la ruta Cecar y una tablilla que decía Guacari. Tomé una silla tres puestos antes del chofer, quien manejaba ofensivamente, rabioso y sin precaución. Puse el cuñete de pintura a mi lado y me dediqué al chateo y a percibir el lumen del domingo. Como la buseta iba endiablada y al darme cuenta que a la altura del hotel Boston yo era el único pasajero me apresuré a levantarme y pitar la parada, para descender, que debía ser por la puerta delantera, pues la posterior estaba condenada.

Una vez descendí me sentí muy liviano. Fue entonces que me percaté que había dejado el cuñete de pintura en el asiento de al lado. No tenía un número donde llamar. No conocía al conductor, entonces di por hecho que la pintura se había perdido. Tenía que regresar al centro e invertir otra cantidad de dinero. ¡Qué hijueputada!, pensé. En esas recordé que la buseta, si bien iba vacia, debía retornar a la altura del cementerio Jardines de Sincelejo, pasar por Cecar y volver a pasar en el lugar donde me había dejado. Era solo cruzar la calle y esperarla a la altura de la avenida Sincelejito, donde la vi perderse sin ninguna esperanza, pues iba duro, cuando me bajé.

Me parquee a esperarla, mientras dos policías detenían las motos y les pedían la cédula a los transeúntes. No demoró la susodicha buseta en aparecer. Pude identificarla por el No 2 y la tablilla Guacari. Le saqué la mano. Se detuvo. Subí, y efectivamente, allí estaba el cuñete de pintura.
Es la ventaja de viajar en una buseta sin pasajeros en una mañana de domingo, después de un encargo que estaba casi perdido. Como quien dice: Al que le van a dar le guardan. Y si está frío se lo calientan.

Alfonso Hamburger

Celebro la Gaita por que es el principio de la música.

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