Rafael Pérez García, el rey de la Loma.

Rafa Pérez García, un pilo Grammy en su colina.

UNO.

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– El premio Grammy hoy cumple 55 años.
Con cuatro hijos pilosos- dos de ellas becadas por el programa Ser Pilo Paga- un premio Grammy Latino y una chispa genuina para la música, Héctor Rafael Pérez García, a sus 55 años que cumple hoy, es, sin tapujos, el san jacintero que mejor se proyecta como juglar de la gaita. Es el heredero más aventajado de Toño Fernández y Toño García.
De la mitad del nombre de su madre, Alejandrina García Estrada, sustrajo el nombre de su primogénita, Drina, de veinte años, nacida en Sahagún, quien cursa séptimo semestre de Ingeniería Ambiental en la Universidad Tecnológica de Bolívar. Ella, que pudiera ser candidata al Concejo o a la Alcaldía de San Jacinto, alcanzó 317 puntos en la pruebas del Icfes 2015. Y la que sigue, Alejandra, de 17 años, tiene la otra parte del nombre de su abuela difunta, Alejandrina. Ambas son Pérez Villadiego. Alejandra le sigue los pasos a su hermana Drina, en la misma universidad, pero en Ingeniería Industrial. Su exigencia fue máxima. Tuvo que alcanzar 327 puntos. Ambas reciben cuatro salarios mínimos por semestre para manutención y sus promedios son casi excelentes. Ambas tocan gaita, pero han dado prioridad al estudio.
Ellas tienen el privilegio de estar entre los 40 mil universitarios de estratos uno y dos que cursan carreras en universidades acreditadas de Colombia, gracias a sus méritos y al programa Ser Pilo Paga. Si no fuese por este programa, las esperanzas de conocimiento y desarrollo sostenible para esta familia humilde, fueran nulos. Rafa se ahorra en ellas por lo menos 200 millones de pesos y espera que sus hijas no solo asuman la gaita, sino la política, para estar donde se decide la suerte de los pueblos.
Hacia objetivos sociales Rafael encamina a sus hijos, pues atrás viene Valeria, de 12 años, quien es una consumada artista, estudiante de séptimo grado en el Colegio Pio XII y más atrás el pimpollo de todos, el Guarrulito, Rafael Segundo, quien tendrá la responsabilidad de recoger toda una riqueza musical.

DOS.

Mientras trepamos la loma de San Francisco, antes del Ancianato, entre Miraflores y Santander, Rafael Pérez García- uno de los Grammy latinos de San Jacinto- cojea bastante. El defecto, que disimula con zapatos, se le nota más cuando lleva abarcas tres puntadas ( comohoy), un atuendo que lo hace acorde con su personalidad. Para subir el pretil donde tiene su Fundación La Gaita, hace un último esfuerzo, entonces se regaza el pantalón. Allí tiene la señal que le dejó aquel bolo de piedra que se desprendió de un cerro cuando era machetero de la finca de Obed Díaz. Esa vez se salvó de milagro. Tenía 24 años y se dedicaba por completo a las labores de jornaleo, pero no dejaba de silbar y hacer décimas. Aquella vez fue traído en hamaca con doble fractura. Lo llevaron a Cartagena y los médicos le dieron dos años para caminar, pero Rafa le puso empeño a la cosa y caminó antes. Su camino a la fama no ha sido fácil, pero sus ojillos de tigrillo inteligente, se mueven a la par de su memoria de relámpago. Tiene por lo menos 14 hermanos, de los que ya han muerto varios, dispersos todos por el mundo, incluso en Venezuela, pero fue sólo él quien llevó la música a la familia. Cree que eso lo recoge de Toño García, el gaitero mayor, quien a sus 96 años se constituye en toda una leyenda. “Tío Toño- como le dice con cariño- desde que murió su mujer se ha desmejorado mucho”.
De niño Rafa se iba en el anca del burro con su padre e iban silbando. Y cuando pasaban por La Variante, sus ojillos de tigrillo inteligente se quedaban viendo los tambores colgantes en medio de las artesanías. Su padre le compró un llamador pequeño que aprendió a tocar solo. Después adquirió una caja vallenata que era de Peky Romero. Fue cajero en conjuntos de acordeón, donde hizo de todo hasta dar el paso a la gaita y a la décima, donde ha triunfado.
Pérez García, uno de los mejores repentistas del Caribe, radicado por muchos años en Sahagún, es un hombre riguroso para la composición. Sus letras y sus melodías son exactas y se abren paso como un potencial importante hacia el futuro. Es tan respetuoso de este oficio que no anda por allí regando canciones para que se las graben, sino que se las da a Rafa Castro, de Los Gaiteros de San Jacinto, quien es hasta ahora, su mejor interprete. Ganó el premio Grammy 2007 con la canción “fuego de cumbia” un mensaje de rebeldía y poesía, pero su vida de lucha no ha cambiado por eso. Del Sena, donde fue instructor por siete años, fue sacado durante el Gobierno de Álvaro Uribe, desde entonces tiene una tienda y completa sus ingresos con la música , en medio de un mercado avasallado por el vallenato nueva ola y el reguetón.
Aspira a grabar con su grupo sus propias canciones, pero no halla patrocinio, por eso a veces ha intentado liderar un nuevo proceso desde la política. En el 2015 aspiró al Concejo y alcanzó 56 votos de carne y hueso. Cuando dice la cifra se ríe, pero sabe que fueron votos honestos, a puro pulso.
En su escuela de música que mantiene en su propia casa, donde sube ahora que se regaza el pantalón para mostrar la fractura que nunca le sanó completa, mantiene una línea ortodoxa, pura, nada de acordeón ni otras yerbas. Sus alumnos, que aportan lo que espontáneamente hagan sus padres, deben aprender la tradición como es y si después se les da por fusionarse con otros aires, que lo hagan, pero por lo pronto tienen que ratificar la huella de los legendarios.
Hoy, en el día de su cumpleaños, HamburgerChannel.Com felicita a este gran hombre, quien tiene la riqueza en su familia y en el amor por su terruño y su encumbrado folclor.

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Alfonso Hamburger

Celebro la Gaita por que es el principio de la música.

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