LAS BENDICIONES DE SAN DIOMEDES EN SAN ONOFRE.
Por ALFONSO RAMON HAMBURGER.
A menos mes de las elecciones atípicas para alcalde de San Onofre, empiezan a presentarse situaciones propias del país de Cedrón, donde las casas se mueren cuando muere su dueña. Los aspirantes Jesús Julio Teherán, avalado por ADA; Luis Salaimán Gómez, avalado por Cambio Radical y Conservador, y Teófilo Martínez Escudero, Liberal, adelantan sus campañas. A uno de los aspirantes, el señor Teófilo Martínez Escudero, lo demandaron disque porque no es nativo de esa región, reside en Sincelejo y los registros del Adres lo ubican en la capital sucreña, donde acude por sus servicios médicos a la Nueva EPS. Ahora buscan recibos de pago, el hierro de sus ganados y otras pruebas para sacudirse de una demanda de inhabilidad ante el Consejo de Estado, por presunta violación de la Ley.
Sin embargo, en medio de la propaganda, en la que se puede vislumbrar el perfil de cada candidato, en una pelea a muerte, en el segundo de los municipios más grandes de Sucre, a la vez uno de los más violentos, han surgido cosas simpáticas. El candidato de “los negritos”, como llaman despectivamente algunos oponentes, a Jesús Julio Teherán , está utilizando una invitación por WhatsApp que le hace Ever Diaz Maestre ,el hermano menor del cantante fallecido, Diomedes Diaz Maestre. Ever, en medio de versos repetidos, acude al difunto Diomedes Diaz y a su hijo Martin Elías- muerto en un accidente cerca de San Onofre, el 14 de abril de 2017- como si fuera un santo, para bendecir al candidato. Del cielo, dice Diaz Maestre, con su acento guajiro, Diomedes Diaz le enviará bendiciones a Jesu, al lado de Martin Alias, “porque San Onofre te quiere, Jechu”.
ANA FIESTA IMPROVISADA.
En estos pueblos las elecciones a cualquier corporación, en especial a los cargos de localía, son una fiesta. La gente sería feliz que hubiesen elecciones todos los años, para disfrutar, pintar paredes, hacer sancochos y reactivar la economía. Surgen muchas peleas y chismes. Algunos se ponen bravos con otros , porque el voto se pelea ardorosamente en todas las instancias. Y los opositores se valen de cualquier artimaña para vencer al opositor.
En el Sucre del pasado, en un sólo periodo, el periodo mocho, que le correspondió a Edgar Martínez como primer Gobernador, murieron 12 alcaldes, asesinados en el ejercicio o después del período. Estuvieron en el cargo dos años y siete meses, pero quedaron marcados. Algunos no murieron pero quedaron con sanciones y otros no regresaron a la política. Sin embargo, algunos piensan que quien no tiene una razón digna por la que entregar hasta la vida, no merece vivir. Y esa parece ser la consigna de muchos candidatos, que empeñan casas, firman pagarés en blanco y hacen pactos hasta con satanás, en pos de ganar su elección.
En antaño, algunos candidatos se aburrieron de discursos, afiches y slogans, cuando se dieron cuenta de que algunas frases eran calcadas de otros pueblos o porque pasaron por alguna parte y vieron el letrero. Tal como Gabo copió el nombre de Macondo alguna vez que viajaba por el Magdalena. Uno de los que se aburrió de los slogans, fue Álvaro García Romero, que dejó de aparecer en afiches desde el día que a alguien se le ocurrió hacerle un montaje donde aparece en un bacinete, defecándose sobre el mapa del Departamento.
Sin embargo, en su última elección a Senado, antes de que lo condenaran por la masacre de Pechilin, gracias a la insistencia del periodista Silvio Cohen, García venció con el eslogan “Juéguele al ganador”. Esta es una teoría de Cohen Aguilera, un periodista a quien lo último que le hace falta es aparecer en un afiche, quien aduce que nadie en Sucre le apuesta a un gallo perdedor. “Nadie quiere perder su voto”, dice el periodista. Sin embargo, un voto en blanco o por un candidato diferente, son opiniones valederas. El ingenio de los sucreños queda plasmado en centenares de jingles graciosos con toda clase de ritmos, en especial de porros, que los candidatos han usado para vender su imagen. El compositor del porro “Placita de Majagual” y de “Punta de Plata”, Pedro Emiro Mendoza Caldera, Pemeca, se cansó de vender el mismo sonsonete a muchos candidatos. Solo les cambiaba la letra.
Ciertos candidatos son mas prácticos, más allá de lo terrígeno, prefieren una música de moda, incluso reguetón, porque cala en el público joven. Se hizo famoso el jingle que Pemeca le compuso al candidato a la Gobernación de Sucre, José María Conde Romero, con el que estuvo acariciando el cargo, antes de que el mundo empezara a dañarse. Se gastó, dicen, mil novillos de levante y perdió la elección.
El porro decía:
José María Conde Romero
Con Sucre se compromete
Verán el gobierno Bueno
Que les va a brindar el Chepe.
Parece una broma, pero la forma como se promociona un candidato, con los colores, el slogans y las propuestas, anuncian la calidad de mandatario que tendremos, porque la intención de campaña puede continuar en el ejercicio del poder.
La promesa tiene que ser parecida al plan de gobierno.
El uso de unos versos de un hermano de Diomedes Diaz en una campaña, aunque parezcan graciosos y atractivos para el momento, es posible que nos estén dando indicios de improvisación de la campaña. Al menos para quienes defendemos lo terrígeno, lo raizal.
El resguardar el territorio es importante. Y ello tiene tres componentes. Uno es el conocimiento de ese territorio, con su música, su gastronomía, su gente, su cultura, sus colores y sus vivencias; dos, la memoria, los recuerdos que se tengan de ese territorio, con olores, sabores, etc. Y un tercer ingrediente es lo espiritual. Y lo espiritual no sólo viene con lo religioso, sino con la música y el estar bien sincronizado con las expresiones de ese territorio.
De modo, que en nuestra ignorancia, vemos dos candidatos que improvisan. Martínez, porque bien puede perder su candidatura por posible violación de la ley y Julio Teherán por usar insignias de otros territorios para impulsar su candidatura. Nos vemos invadidos de vallenatos, teniendo porros, cumbias, chandé, fandango, entre muchas expresiones que marcan nuestras espiritualidad.
…Y lo peor es que si gana Julio Teherán con su slogan vallenato. ¿Quién aguanta esa chirria vallenata de parranda en San Onofre? Y los locales, viendo comer desde lejos, asomándose apenas por una rendija.