El gobernador y el milagroso

El gobernador y un santo tendrán más trabajo en Sucre.

Alfonso Hamburger relata cómo se recibió la noticia en ese departamento de que el gobernador de uno de los pueblos más atrasados de Colombia terminó siendo el mejor del país, según el Centro Nacional de Consultoría. 

En concreto- según Wikipedia- la percepción es la manera en la que el cerebro de un organismo interpreta los estímulos sensoriales que recibe a través de los sentidos para formar una impresión consciente de la realidad física de su entorno. El problema aquí seria el tiempo. La definición no lo estipula.

Cien días, en este mundo frenético, en que las redes sociales tratan de manejarnos esa percepción del tiempo a su antojo, son muy pocos para calificar una gestión. El más aterrizado en este sentido- y hasta sorprendido- es el mismo gobernador de Sucre, Edgar Martínez Romero. Él pasa a ser el primer mandatario de este departamento, en sus 49 años, en ser elegido como el mejor gobernador del país, según una encuesta publicada por CM& y elaborada por el Centro Nacional de Consultoría, en la que se le otorga un 75 % de favorabilidad.

Esta percepción la recibe como un reto y un poco de orgullo y anuncia que meterá todo su potencial en lograr un Sucre desarrollado y feliz, en el que los ciudadanos no tengan que llevarles sus hojas de vida a los políticos, lo que se convierte en un karma. Al menos para él, que fue elegido por 205 mil sucreños (cifra histórica), muchos de los cuales cifran sus esperanzas en un puesto. Tiene una montaña  de hojas de vida en su despacho. Y 40 mil moto taxistas transitando las calles de Sincelejo, máximo empleador de la ciudad.

Martínez se come las salchichas, pero no cree en encuestas. Es malcriado, como le dicen acá al malgeniado. Pero esta vez- en su primera gestión, hace 20 años cuando fue gobernador las cosas eran distintas-. trata de explicar esa percepción, no sin antes regañar al periodista que publicó su propia percepción de como vio a Sucre en el llamado paro de las AUC del pasado primero de abril.

Según él, el haberle dado una entrevista al noticiero de Silvio Cohen a las 6:00 a. m. del viernes, lo ponía a salvo de una mala percepción, o sea que todo estaba controlado, mientras las redes sociales decían otra cosa. Martínez no admite ineptitud en su Gobierno. Es un tipo que se para en la raya y en su primera gestión- hace 20 años- impidió que una marcha campesina penetrara a Sincelejo. Tiene carácter. Dice que en el presunto paro de las autodefensas gaitanistas si hubo reacción de su gobierno.

Pro resulta que en veinte años ha pasado de todo. El Estado ha crecido, y Martínez, que trata de organizar el caos, recibe tanto las pocas cosas buenas que dejaron sus antecesores -de ellos tres presos por parapolítica- y el último con el mal del olvido, como los castigos por las cosas malas. Las cosas buenas son algunas carreteras contratadas por el antecesor e incremento en la conectividad, pero algunos castigos a su Gobierno por incumplimiento en algunas obras, como el caso del caño Quitasueño.  Reclama ante el Gobierno central que una multa de 1.200 millones de pesos- que no pagará- llega cuando los que fallaron no están. No quiere pagar platos ajenos, auque advierte de que ya las fallas fueron superadas.

En cien días, apenas como para organizar la casa, designar un equipo de trabajo técnico de primera calidad, definir las estrategias y ahora sí, a trabajar en proyectos. Es el anuncio, trabajar, trabajar, trabajar, hasta que sus fuerzas – tiene 72 años-, le alcancen. Dice que ya va de salida. Por ello reunió a los periodistas, para un resumen, a manera de justificación del sondeo y no dejar mal a CM&.

La máxima preocupación del gobernador de Sucre es el tema del agua. La que existe en la formación Morroa (subterránea), de la que se sustenta Sincelejo y buena parte de los municipios del departamento, no será eterna. Se buscan aliados para traer el agua del río, sea del Magdalena o del Sinú haciendo alianzas con municipios de Bolívar y de Córdoba. Para el plan de desarrollo “Sucre en paz” contrató expertos de la Universidad de Norte.

Ello permite acciones más rápidas para aplicar planes de desarrollo subregionales. Ya firmó un convenio con el gobernador de Bolívar, Dumek Turbay, para una alianza con los municipios de los Montes de María, en los que se incluyeron por primera vez Corozal y Sincelejo.

Martínez infunde respeto: los trabajadores de la Gobernación -desde el celador hasta los secretarios de despacho- deben ser puntuales, porque el gobernador baja con frecuencia a hacer rondas. Tienen que justificar sus sueldos. El consumo de gasolina en el primer trimestre, en comparación con el mismo periodo del año pasado, bajó 41 % y pasó de 60 millones de pesos a 39 millones de pesos al mes. Y seguirá bajando, dijo.

Martínez se botó a San Marcos, cuando un puente provisional se cayó y dejó aislada La Mojana –la zona que más ama, dijo- y en dos días solucionó el problema. Lo que faltaba era poner a funcionar el nuevo, que irresponsablemente ya estaba terminado y solo faltaba habilitar las cabeceras.

Las carreteras secundarias o terciarias son una de las cosas buenas que dejó el anterior gobernador, especial la que va de Sampués a la Villa de San Benito Abad, en la que se invirtieron 150 mil millones de pesos. Aquellas que no son de la Nación. Esta vías, que solo le falta un kilómetro y corregir detalles, agilizará el tráfico con la gran despensa Mojanera.

Con su slogan de campaña “Por un Sucre sin corrupción”, a Martínez le apestan los tramposos y ha dicho que no quiere saber nada del PAE- Plan de Alimentación Estudiantil- del que prefiere siga en manos del Gobierno Nacional y espera que las estrategias de la Secretaria de Educación para detectar los focos de distracción en los alimentos de los niños, sea exitosa.

A propósito, uno de los anuncios llamativos del mejor Gobernador de Colombia, es que en su gobierno el santo negro de la villa- un Cristo antiguo que en cada bajada atrae 20 mil feligreses- al que llaman  el Milagroso, tendrá más trabajo, tanto como él en sus cuatro años. Actualmente lo bajan de su pedestal dos veces al año, para presidir monumentales procesiones, las que atraen miles de turistas de Colombia, Venezuela y otros países. Los buses no caben en las calles de la Villa y la gente llega por los milagros cojeando o en sillas de rueda, retornan curadas. La manda de los milagros, por lo regular es regresar a La Villa el resto de su vida, lo que asegura el proceso.

Antiguamente al santo lo bajaban solo en septiembre, pero los inviernos que dañaban los caminos, se convertían en la primera dificultad. Después se inventaron bajarlo en  marzo, que es verano y hay mejores vías. La manda son las nubes de polvo y los soles ardientes.

El anuncio del Gobernador es bajar el santo las veces que sea necesario para atraer más turismo religioso y adaptar un viejo convento en hostal, para hospedar a los visitantes. De esta manera, con ideas ingeniosas, que van desde el trabajo en equipo hasta ponerle más trabajo al santo milagroso, el Gobernador de Sucre, piensa no defraudar aquella percepción de sus primeros cien días. Martínez Romero dice no ser promesero y ojalá que el Milagroso le ayude a sacar de la pobreza al segundo departamento más atrasado de Colombia y por fin quitarse la marca del Chocó, que lo lleva estampillado en el fondo de la tabla.

Alfonso Hamburger

Celebro la Gaita por que es el principio de la música.

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