Cuando el hambre duele(I) EL DESMOVILIZADO QUE QUIERE SER ALCALDE¡

Las aguas lluvias que se derraman por el centro de San Jacinto doblan por la calle 19 y antes de convertirse en arroyo se meten por debajo de la tarima Luis Ramón Vargas del barrio Yuca Asá y una cuadra más abajo, antes de la esquina de Vetilbia Díaz doblan por el Guanabano.

Debió ser La Guanabana- por la gran cantidad de estos frutos en los patios – pero por el machismo de nuestros abuelos se llama El Guanabano, un barrio con casas sin cortinajes verdes de terciopelo ni lujos ni grandes espacios para expandirse, porque el arroyo los empuja contra Coco Sólo y más allá está La Guajirita , que era una plaza despejada, que fue urbanizada con el tiempo y donde se armaban unas puñeras y trifulcas tan ardientes como las que le dieron fama a la península del vallenato, la marimba y los contrabandistas.

En esa barriada pobre limitada por el arroyo de San Jacinto, que para algunos era como la continuidad del patio y las aventuras, se crió Oswaldo Díaz Alfaro, precandidato a la Alcaldía de San Jacinto,de quién se habla mucho por estos días.

De aspecto tranquilo y mesurado en la palabra, con una mirada fija y penetrante detrás de unas gafas que no se quita y unos bigotes a lo Carlos Pizarro, Díaz Alfaro no esconde su historia ni su férrea formación política y militar en un país que lo hizo ser fuerte desde niño como mecanismo para sobrevivir a variados atentados- sin incluir el hambre de la niñez- con la esperanza de sentarse a escribir los libros de poesía que le arrebataron en uno de los tantos allanamientos en la cárcel, después que cumpla los setenta años.

Ahora tiene 53 años, es el penúltimo de una prole de diez hermanos, el último de los hombres, el único que se rebeló y se resistió al monte, el que pateaba las puertas cuando niño y se iba para la calle y después negociaba su regreso. Si no le castigaban regresaba porque era hozado y amenazaba con dormir en la calle.

Oswaldo nunca pensó aspirar a la Alcaldía de San Jacinto,donde regresó a finales de 2017 después de la firma de la paz de las FARC con el gobierno de Juan Manuel Santos en 2016, estigmatizado supuestamente por haber intentado matar al entonces candidato presidencial Álvaro Uribe Vélez en Barranquilla con un carro bomba.

Hoy, Díaz Alfaro recurre al derecho del olvido para que su imagen no sea sometida a un estigma permanente, después de una condena de 25 años, de los que pagó ocho años siete meses, según las leyes carcelarias colombianas, donde lideró procesos de convivencia.

La cárcel maldita, que es el propio reflejo de la sociedad, con muchos condenados inocentes, ayudó a atemperar su carácter fuerte y sus convicciones ideológicas, pero lo puso a revisar las relaciones con Dios y la forma equivocada como la URSS interpretó el ateismo desde el punto de vista marxista.

Díaz, con formación de filosofía,que pasó del marxismo lenninismo al neo marxismo, con un ateísmo racional, que cree en la evaluación como prueba de la existencia humana, cree que las tesis de Carlos Marx fueron mal interpretadas en cuanto a las creencias religiosas.

II

La rebeldía suya, esa que no esconde, lo que puede ser confundida con cierto autoritarismo, no la recoge del suelo. Su padre, Joaquín Pablo Díaz Caro, murió bravo con el hombre que depositó el esperma para darle la vida, Gregorio Díaz, un acaudalado comerciante, dueño de la famosa Manguera y muchos inmuebles y otras tierras. Siendo Joaquín Pablo su único hijo no le cedió un céntimo de tierra,ni una palada, donde sembrar una mata de yuca o soguear un burro.

Díaz Caro siempre fue un siervo sin tierra, que levantó su larga prole con muchas dificultades, en El Guanabano, donde pasaron hambre. Antes de ir a la Escuela, Oswaldo, el único que se educó de sus hermanos se comía un pan de sal con agua. Nada más.

El resto de hermanos no resistieron el colegio con hambre y se fueron al campo.

Cuando el abuelo tacaño murió Oswaldo tenía diez años y de pronto si hubiese tenido más edad de pronto lo hubiera encarado, pese a Joaquín Pablo había advertido que también desederaba a quien hozara asistir a su sepelio. No se perdonaron.

Los Alfaro provienen de Ovejas, donde tuvieron remotos enfrentamientos con los Rodríguez y llegaron a San Jacinto buscando paz y tranquilidad. Mamerto fue uno de los vástagos, emparentados con los Castellar.

III

Pasada la dura prueba de la primaria, matizada por las pateadas de puertas,las pataletas y las peleas a puño limpio en el sector de La Guajirita,El Siete y Jacinto Llerena, entró al bachillerato del colegio departamental Pío XII, donde se encontró con un libro que se iba a convertir en su biblia: El Capital de Carlos Marx.

El Pío XII, que desde el principio había sido manejado por monjas y donde tenía mucha influencia el sacerdote español Javier Cirujano Arjona, pese a su filosofía existencialista poco entendida, pasó a una línea más liberal, con un puñado de profesores con nuevas visiones e ideas progresistas.

Pero fue un primo, Luis Hernández Caro, quien un día invitó a una reunión a varios primos de esas barriadas populares para crear la JUCO, juventudes comunistas de San Jacinto.

Paradójicamente, su primo terminó la carrera de medicina en la Universidad de Cartagena vendiendo en las calles y se fue a desarrollar su profesión en Montería, y ya retirado de sus ideas revolucionarias, fue asesinado por otros asuntos.

Mientras terminaba su bachillerato en el Pío XII, donde fue líder estudiantil, en 1987 la guerrilla del EPL incursionaba en Bajo Grande para matar al inspector de policía.

El EPL ,ejército popular de liberacion, era el brazo armado del PCCML, mientras que las FARC, se autodenominan el ejercicio del pueblo.
Fue profesor de primaria en la vereda Brasilar,al pie del Cerro de Maco y empieza a estudiar Economía en La Universidad del Atlántico,de donde deserta por problemas de orden público.

Terminó sus estudios de Filosofía en la Universidad de Cartagena, y después se incorpora a las FARC para protegerse de una serie de atentados que recibió.

Fue condenada a 25 años de prisión y al quedar libre viajó a Venezuela, donde siguió vinculado a procesos políticos, fue firmante del proceso de paz de la Habana y ahora trabaja por la conciliación desde San Jacinto,su tierra natal, donde es coordinar del Pacto Histórico y precandidato a la alcaldía.

Esta entrevista se ha dividido en tres partes,es un documento necesario como memoria histórica de nuestra región y esperamos que sea útil para la opinión pública.

Para ver entrevista completa, ingrese aquí: https://youtu.be/0Viw0SJg6jo

Alfonso Hamburger

Celebro la Gaita por que es el principio de la música.

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