Diomedes Diaz y las KZ populares!

 

DIOMEDEZ NOS CAMBIÖ TODO.

Cuando Diomedes Díaz no había llegado a cambiar la manera de percibir la fiesta, íbamos a la caseta en grupos y egresábamos caminando por las calles brumosas de la madrugada con la mujer, tomados de las manos, sin miedo a que nos atracaran. Era todo distinto.  Todo era más sano y romántico.

Las casetas eran famosas. En Sincelejo, el Casetón, La Palacé, La Montañita y La Selva, en San Jacinto, Las Tres Esquinas, una sociedad de Adolfo Pacheco con su suegro Rubén Anillo y el exalcalde José de La Cruz Rodríguez, el de galo bueno. La mata de caña fue muy famosa, lo mismo que la Zona, en Barranquilla, entre otras. A las KZ se iba a bailar. A Limpiar la hebilla.  La música sabanera era para bailar. El vallenato para escuchar. No habían aparecido los conciertos con pantallas gigantes, humos y luces.

Algunas casetas eran desmontables. Las hacían con laminas de zinc , usaba parqueaderos o lugares amplios, incluso escenarios deportivos y calles, bolsillos. Ponían mesas rústicas, con bancos de madera, que a veces eran usados para defenderse en las peleas, más peligrosos que las sillas plásticas.  Sobre las mesas ponían el ron o el whisky, con un balde plástico con hielo y vasos. La familia y los amigos tomábamos esas mesas y hacíamos un grupo. Allí nos sentábamos y nos parábamos solo para bailar.

Pero creo que todo empezó a cambiar con la llegada de Diomedes Díaz, que se quitaba los zapatos, se secaba el sudor con una toalla, se pasaba el micrófono de una mano a la otra en una forma de acróbata, se ponía el cable en el cuello, como Farid Ortiz,  y detrás de él se subía una multitud de fanáticos, que le pasaban de todo. La gente dejaba solos los puestos y se iba al frente de la tarima, donde se paralizaba, se quedaban como unos bobos, viendo al Cacique.

Incluso, ya afectado en la voz por el guillen barre, al salir de la cárcel, gordo y con una mano paralizada, que tomaba en la otra mano, paralizaba a sus fanáticos. Ya no cantaba bien. Los coristas llenaban esos vacíos de su voz. Y así murió, entonces desaparecieron las casetas populares.

 

 

Alfonso Hamburger

Celebro la Gaita por que es el principio de la música.

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