EN HONOR A FELIPE
Esta columna hace parte de centenares de crónicas y cartas que jamás publiqué. Esta debe tener por lo menos 15 años y después de ella Felipe Bertel Ganó el premio Simón Bolívar.
Por Alfonso Hamburger
El reconocido locutor Manuel Medrano ganó merecidamente el pasado premio de periodismo Mariscal Sucre con una entrevista al poeta Giovanni Quessep, de quien se dice no es muy propenso a las entrevistas. Medrano se alzó con el 25 por ciento del premio. El intelectual y también poeta y periodista, Julio Sierra Domínguez ganó otro 25 por ciento, en el mismo trabajo, presentado por la emisora Unisucre FM Estéreo.
¡Ajá!, ¿y el otro 50 por ciento? ¿Para quién fue? Se pregunta la gente. El jurado premió a los mejores trabajos y no a periodistas individualmente.
Manuel Medrano, controvertido locutor.
Han pasado ya varios meses después del fallo y el oyente tiene la sensación de que hubo un solo trabajo ganador, pues en el espacio donde se difundió la entrevista ganadora “Desde Nuestra óptica”, se institucionalizó como eslogan o cabezote, tan merecido logro. Bueno, cada cual tiene su estilo y ese es el estilo de Medrano, gran batallador y curtido en las lides de la radio, quien merece todo nuestro respeto y admiración.
Sin embargo, y a sabiendas de que a los periodistas, por estricta ética no se les recomienda sacar tarjeta roja ni dar aplausos ni incitar rechiflas para nadie, estas líneas van para Felipe de Jesús Bertel Muñoz, ganador del 50 por ciento restante del premio.En realidad el premio, el honor, debe ser igual para todos los ganadores, pues se comparte la distinción en un cien por cien, según el criterio del jurado, que declaró empate. No así la parte monetaria. En este caso Felipe ganó más, por ser él mismo el entrevistador, editor, locutor, director. Pero eso no es lo importante.
Felipe simplemente ganó y soltó su risita característica. No es la primera vez que gana. Ya lo había hecho. Por eso, después de las fotos, las felicitaciones y los abrazos, tomó su motocicleta y siguió como si nada hubiese pasado en el mundo, eso sí con una felicidad merecida.
Felipe Bertrl Muñoz, premio nacional de Periodismo Simón Bolívar.
Felipe no ha hecho bulla ni alarde de su premio. La bulla la hace diariamente en su trabajo silencioso. La voz de Felipe, modulada, educada, suena en los estadios, en los noticieros, en la televisión y en la calle (embarcada en una camioneta de perifoneo). La voz de Felipe no se cansa. La Voz de Felipe se renueva cada mañana desde el noticiero Región Noticias, haciéndole compañía al veterano Alejo Mieles.
Cada vez que veo a Felipe creo ver en él a mi hermano mayor. Felipe tiene dos cosas que jamás lo dejan, su cachucha bacana y su sonrisa a flor de labios. Felipe no se cansa de hablar de las dos cosas que más ama: el deporte y el periodismo. En la tertulia de todas las tardes del parque Olaya Herrera, Felipe es inmancable protagonista.
Felipe trabaja el periodismo con el mismo entusiasmo del comienzo, tanto en el estadio, en un estudio de grabación como en la cabina de un noticiero.
Felipe le cogió el gusto a los concursos de periodismo cuando se dio cuenta que había una forma técnica de hacer los reportajes en la radio. Primero lo hizo como obrero raso, colocando su voz en los libretos que le pusieron en mano. Vio, observó y aprendió. Ahora él lo hace todo.
… Y Felipe, como el más dinámico de los jóvenes que descubre el Internet o el primer amor, sigue buscando en el jolón de los conocimientos. Por estos días se le ve con una libreta bajo el brazo, pues Felipe está aprovechando al máximo el curso de inglés que el C. N. P y el Sena están dictando a un grupo de periodistas de Sucre. Es el más feliz con las palabritas happy and brother, que gentilmente le ha anexado a su repertorio de amigos felices.Y como Felipe día a día se prepara y trabaja con amor, de seguro que vendrán nuevos premios.
Y a pesar de los premios y los merecimientos Felipe, seguirá en su motocicleta, risueño, sencillo, cordial, con su cachucha bacana.
