Semáforo en Rojo vivo

semaforo21_nEn el semáforo en rojo de la avenida del Zumbado, mientras espero el verde anhelado , lento, desesperante, las motos me azoran y se meten por ambos lados disputando el espacio, estrechando el pésimo carril en subida, entonces no puedo dejar de pensar en la escena macabra que vieron mis ojos hace algunos meses. Me salvè por un pelo. Desde entonces manejo despacio, sedo el turno con frecuencia, jamas pito, solo pienso y a veces canto.
Si, me salvè por un pelo. Nunca encuentro este semáforo en verde, como en aquel día, en que no había un trafico pesado como hoy, en que el calor me hace abrir las ventanas. El aire no alcanza a enfriar el espacio. Entra la brisa y pienso, entonces recuerdo a los niños que iban en una moto loca, muertos de la risa, descalzos y descamisados,como a sesenta kilómetro por hora. Provenían del barrio San Vicente o de la Narcisa, y pasaron en contravala, rumbo al mercado, sin ver señales y sin saber lo que hacían. Hacia poco me había pasado lo mismo, porque las autoridades cambiaron los sentidos de las vías y ese tramo lo hicieron de entrada, en una sola vía, con un aviso insignificante una cuadra antes. Y los niños, que parecía que huían de la persecución de alguien a una moto robada, pasaron como una exalaciòn. Y fue tan justa su aparición, que en ese momento, pese a que mi carril, donde ahora pienso y me asusta, estaba en verde, no pase otro vehículo. Eran las diez de la mañana, una hora muerta en el trafico, de modo que solo me acordé, que unos cien metros antes, detuve mi automóvil para dejar pasar a una anciana que trataba de atravesar la calle en el vertiginoso cruce de la tienda de la esquina. Allí me gaste los segundos que me salvaron la vida o la de aquellos muchachos. Esos segundos que le inverti a la anciana mientras atravesaba, significaron los metros de distancia con la moto alocada de los niños que atravesaron en contravala. De no haberme detenido a que la anciana pasara, de hecho mi tiempo hubiese coincidido con el cruce de los niños, que a esa velocidad en que iban, descalzados, descamisados y sin un casco protector, se hubiesen matado. Y de pronto el impacto fatal habría sido con mi auto, entonces hubiesen venido un cumulo de problemas.
Desde ese momento, cada vez que estoy en este semáforo que jamas hallo en verde , me acuerdo de aquellos sin verguenza fantasmagóricos, que desaparecieron de mi vida sin dejar rastro, solo un cumulo de precauciones.
El papa Francisco anuncia la solidaridad como la palabra clave de estos tiempos, pero acá solo se ve es desespero por ser los primeros. Aun en las fritangas nadie cede el turno, todos quieren tener de primero las empanadas o las carimañolas. Nadie hace cola. En las gasolineras las motos se meten por los costados y entran de primero al turno de servido, sin respetar que el del automóvil que espera, hubiese llegando de primero.
La intolerancia en los caminos y carreteras y la disputa por el poder, se da desde lo mas insignificante de la población, hasta el mas encopetado gobernante.

Alfonso Hamburger

Celebro la Gaita por que es el principio de la música.

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