!Santiago el soñador vallenato!

SANTIAGO

¡Quiero ser rey vallenato, Santiago Guerrero!
Por Alfonso Hamburger
A sus quince años, con una estatura de 175, cuerpo atlético, Santiago Guerrero definió que quiere ser rey vallenato. Ese es su estilo ideal. Aunque es sabanero sincelejano, nacido entre porros y cumbias y de ancestros mojaneros, no le interesa lo sabanero, sino el estilo vallenato. Para ser rey trabaja constantemente. Busca la prensa. Se codea en parrandas y encuentros y practica de día y de noche. Estudia el acordeón y a sus maestros al derecho y al revés.
Santiago “El vallenato”, como figura en mi What Sapp , es honesto. No miente. Es un poco tímido, pero se atreve a pedir un espacio. Es capaz de amanecer en una parranda, haciendo un recorrido por todos los estilos del vallenato, desde Alejo Durán hasta las sugerencias rítmicas de Juacho Rois o William Molina y Juancho de La Esperilla, pero no se toma un trago de ron. También es un apasionado por los pases de la nueva ola, especialmente los que adorna Rolando Ochoa, a quien admira. Sabe las diferencias entre un Álvaro López, muy ortodoxo, y los matices de Rolando.
A los ocho años Santiago tuvo contacto con el acordeón. Como siempre sucede, el hermano mayor, quien fue el primero en tener el rizado instrumento, desiste ante la fogosidad del segundo. Ahora su hermano mayor es el guacharaquero ocasional. Era un instrumento precario, pero que en sus manos toma vida, se eleva, toma gracia, desfoga todas sus tragedias y encantos.
La carrera de Santiago, impulsado por sus padres, ha sido rápida. El viaje a Valledupar, para empaparse de aquella rutina raizal, fue vital. Andrés el Turco Gil lo tuvo en sus manos en vacaciones y su llegada coincidió con un viaje a Bogotá de “los Niños del Vallenato” y pronto estuvo al frente del presidente Juan Manuel Santos, a quien le tocó “La Hamaca Grande”
Su actitud cambio en el momento que “El Turco “ le enseñó a manejar la rutina y todos los registros, porque el acordeón tiene mucho de conde sacar.
Del primer acordeón, comprada a retazos, pasó a una de mayor tonalidad, de la que hoy no se separa. Es un armonizado. Es un guerrero exigente, si se le parte un pito, no toca hasta que no es corregido.
Santiago escogió el estilo vallenato para desfogar sus talentos. Y a fe que lo hace de la mejor manera. En el encuentro de juglares en el Parque Guacari, apoyado por músicos de mi tierra de Sincé, acompañó a los maestros Leonardo Gamarra y Adolfo Pacheco, con una soltura envidiable.
El año pasado se fue a estudiar a Valledupar para estar más cerca del Turco Gil y de su proyecto de vida: ser rey vallenato.
Por lo pronto sienta sus reales en Sincelejo, mientras le llega el turno de mostrarse al mundo, como un verdadero maestro del acordeón.

Alfonso Hamburger

Celebro la Gaita por que es el principio de la música.

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