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Reflejos del maestro: la huella inspiradora de un legado

Por: Marialis Hamburger

En una noche de aires dicembrinos en el año 2017, mi padre, Alfonso Ramón Hamburger Fernández, dejó una de las tantas huellas como periodista y escritor al ser nominado y premiado por la Alcaldía de Sincelejo como el mejor cronista por su proyecto, Hamburger Channel. Desde pequeño, siempre se destacó en el arte de la escritura y las letras.

Hamburger, solía decir que «no servía para más nada que para eso», y yo, atenta siempre le creí y atesoré en lo más profundo de mi corazón esas palabras. Las personas simplemente nacen para lo que son buenos, eso obvio va acompañado de las luchas y sacrificios diarios, que reflejan los frutos en el futuro. Con el tiempo, mi papá se convirtió en un maestro en el arte de transmitir ideas con palabras. «No sirvo para nada más que para esto», decía y en mí se quedaba su pasión.

Desde temprana edad, su camino no fue fácil. A los 8 años, las matemáticas eran un desafío, una lucha que enfrentaba constantemente. Recordaba con cariño las correcciones que le hacía mi abuelo Nelson Hamburger cuando le tocaba ir a la tienda y papá se enredaba y perdía el cambio. Sin embargo, esas dificultades lejos estaban del legado que dejaría en su trayectoria. Con tenacidad y un ferviente deseo de cumplir sus sueños, se aferró a su pasión más profunda: escribir.

Ser periodista y escritor en el departamento de Sucre y en Colombia en general implica enfrentarse a un entorno repleto de desafíos constantes. Muchos colegas lidian a diario con una serie de retos que van desde la desinformación hasta el riesgo de caer en la difusión de noticias falsas, pasando por una realidad marcada por la inseguridad que azotó al país en décadas pasadas debido a la presencia activa de la guerrilla y los paramilitares.

Este contexto adverso no resulta ajeno a la experiencia de Alfonso, quien desde sus inicios en el campo periodístico comprendió la complejidad de la labor. Ser periodista no solo demanda habilidades lingüísticas, sino que implica una comprensión profunda de la sensibilidad de los lectores, así como la maestría en el arte de la investigación y la garantía de veracidad en cada relato.

Recuerdo aquellas tardes inolvidables en Sincelejo, en las que apenas con seis años de edad, mi padre y yo nos sumergíamos en la transmisión del programa televisivo Vox Populi de Correría, trasmitido por Telecaribe. Este proyecto, liderado por papá, no solo fue un programa exitoso en su tiempo, sino que se erigió como el trampolín que catapultó la figura de mi padre al reconocimiento y aprecio de numerosos espectadores. Aquel espacio no solo entretenía, sino que también era el crisol de sus pensamientos e ideas, las semillas de las que brotaría muchos de sus proyectos como cronista y escritor.

En mi temprana infancia, mis capacidades para comprender el trasfondo de ese programa eran limitadas, pero en la esencia de mis pensamientos infantiles anidaba un anhelo incipiente: «Cuando crezca, quiero ser como mi padre». Hoy, con plena conciencia de mis acciones y al proyectar mi futuro, reflexiono sobre el orgullo que me embarga al contemplar la encomiable labor de papá. Su trayectoria como periodista ha sido marcada por el éxito en múltiples proyectos, mientras que los reconocimientos y premios se alzan como testigos elocuentes de su dedicación y maestría en el arte de comunicar.

A medida que crezco y mis aspiraciones toman forma, la figura de mi padre no solo representa un modelo a seguir en lo laboral, sino también la luz que guía mi camino en el mundo del periodismo. Su legado no solo se limita a la brillantez de su trabajo, sino que representa un gran reto para mí en la búsqueda de mi propia voz y realización profesional.

Hoy, tras cinco años de ardua formación en la Universidad de Cartagena, puedo decir con firmeza que sigo sus pasos. En mi corta juventud, he sido capaz de labrar mi propio camino en el mundo de la comunicación. Mi trayectoria se ha tejido en distintos medios, desde asumir roles como locutora en Unisucre FM y Digital San Jacinto Radio, hasta la televisión en canales como Noti región y Telecaribe, donde no solo me desenvolví como presentadora y corresponsal de noticias, sino también desempeñé labores como script, asistente de producción y fotógrafa. Además, realicé el ejercicio periodístico como editora en el Periódico Digital El Bolivarense, actual competencia del periódico impreso El Universal de Cartagena.

Mi perseverancia, dedicación, talento y habilidades me han otorgado el privilegio de ser reconocida como una de las jefe de prensa de campaña política más jóvenes a nivel nacional. Estos logros no solo atestiguan mi esfuerzo, sino que reflejan mi compromiso con la excelencia en el campo de la comunicación, un legado que continúa inspirándome y motivándome en mi carrera profesional.

Mi papel en la campaña de Lucy García Montes, la recientemente gobernadora electa de la Gobernación de Sucre, desempeñó un papel crucial en mi trayectoria como comunicadora. En esta función, mi labor implicó la difusión de información relevante en diversos medios, una tarea colmada de desafíos que pusieron a prueba mis habilidades. En particular, enfrenté obstáculos considerables debido a mi falta de experiencia en el ámbito político y a ser percibida como joven «novata» por muchos periodistas, lo que generó ciertas dudas sobre mi capacidad.

Hago este escrito, debido a que recordando los premios que se ha ganado mi padre en su trayectoria, cada vez faltan menos días para recibir mi merecido diploma como Comunicadora Social y Periodista otorgado por la Universidad de Cartagena. Este logro no solo marca mi vida profesional y académica, sino que también rinde homenaje al legado de mi padre, quien sigue siendo mi principal inspiración en este apasionante sendero que he elegido recorrer. Mi involucramiento en la campaña política ha sido un aprendizaje desafiante, enfrentando obstáculos que me han fortalecido y contribuido a mi desarrollo profesional. La verdad no veo la hora de tener ese diploma en la mano, enmarcarlo y ponerlo al lado del de papá.

Desde que abracé esta profesión, numerosos cambios han marcado mi trayectoria. Inicialmente, al aspirar seguir los pasos de mi padre como escritora, encontré un terreno propicio, donde no me desenvolví del todo mal. No obstante, esta senda profesional reveló una amplitud que va más allá de las meras letras. En el breve trecho que he recorrido, ha nacido en mí un vínculo sólido con la producción de contenidos audiovisuales. Me cautivan los documentales, los podcast y, sobre todo, las entrevistas y los videos que fluyen en las redes sociales. Son precisamente estas plataformas digitales las que han despertado en mí una afinidad marcada.

A diferencia de mi padre, mi sueño no se limita únicamente a las palabras escritas. Mi anhelo radica en dirigir un equipo audiovisual capaz de plasmar grandes historias. Las redes sociales y su vertiginoso mundo digital se han convertido en mi fascinación, un espacio donde visualizo la oportunidad de dar vida a narrativas visuales que impacten y se queden plasmadas en el espectador. Este camino, lleno de nuevos horizontes y desafíos, ha ampliado mi perspectiva sobre las posibilidades que ofrece la comunicación y el periodismo en la era moderna.

Hoy, constato con firmeza que mi padre y yo compartimos numerosos rasgos en común. Entre ellos, hemos tenido que afrontar la incredulidad y la subestimación por parte de muchas personas a lo largo de nuestro camino. En múltiples ocasiones, nuestros talentos fueron subestimados, y las dudas de terceros se interpusieron en nuestro caminar. Sin embargo, con la ayuda de Dios, hemos demostrado que la persistencia, la destreza, el talento, la disciplina y, sobre todo, el amor por lo que hacemos superan con creces las críticas y los límites autoimpuestos del «no puedo» y «no eres capaz».

 

Alfonso Hamburger

Celebro la Gaita por que es el principio de la música.

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