COLOMBIA, A JUGAR CON EL CALENDARIO.
Por ALFONSO HAMBURGER
Lo dijo Jorge Barraza, el comentarista Argentino. Esta Colombia de Reynaldo Ruedas no juega, aguanta. Es un equipo plano, que forcejea, sin ideas en el medio campo y sin quien surta a los delanteros, que se desgastan en la soledad, naufragando ante las defensas contrarias. Colombia no tiene sorpresa. Aunque no recibe goles, erigiendo a David Ospina como héroe en la portería y a Wilmer “La playita” Barrios como el único que se atreve a proponer juego, aunque su labor sea de quitar la pelota, por la ausencia de un líder creativo en el medio campo. Como quien dice, donde no hay perros se montea con gatos.
Ya nos conocemos la fórmula. Y los rivales también. David Ospina la saca de mano a Yeri Mina y éste se la pasa con sus trancos largos y desgarbados a Mujica, quien se la devuelve a Cuesta y Cuesta se la pone a Wilmer Barrios , quien trata de pelotear, pero la pelota es más veloz que los delanteros. Esa no es su labor. Es una Colombia ahogada, porque Barrios quita, pero la pone retrasada, la asegura o la pone al costado. Es un juego muy horizontal. Y Juan Cuadrado se ha ido desgastando en sus amagues sin efectividad, jugando para el público y para su lucimiento personal, pero no para el equipo. Este sinvergüenza, que se tiró a expulsar ente Uruguay, no hizo falta ante el Brasil. Ya su jueguito insulso no da garantía. El lateral Estefan Medina, nunca ha sido un hombre de selección. Cuando le dan la oportunidad se nota que es flojongo, por allí pasa hasta un delantero en retiro.
No surgen alternativas. Apenas se salva arriba Luis Diaz, solitario, marcado siempre en forma escalonada por dos contrarios, no le dan chance de enganche, no le dejan espacio, no se puede dar la vuelta y encarar a la puerta. Y cuando ha logrado soltarse de la marca pegajosa, ha generado peligro. Y Falcao García, que tiene la sabiduría de la experiencia, ya el físico no le da para encarar defensas tan duras. Arriba Duván Zapata sigue con la puerta cerrada, no le sale una ni de chiripa. Contra Ecuador, cuando estaba enganchando en el partido, lo sacaron.
Queda la sensación de que con estos seleccionados no llegaremos al gol. Habrá de esperar el retorno de James, Luis Muriel y el llamado de Duván Vergara, que está volando en México. Lo mismo que Miguel Borja regrese, porque Luis Fernando Quintero no está para liderar al quipo, de imponer un ritmo, unas pausas, más allá de sus intentos desesperados de larga distancia y unos pelotazos sin dueño. Además, se ve que se da gusto con la boca.
Ruedas tiene que replantear el sistema. Ya atrás logró cerrar el arco, ante Uruguay, Brasil y Ecuador, sin recibir goles, con el apoyo de Carlos Cuesta y Yerry Mina, ahora falta resolver la sequía de goles.
Se desaprovechó una gran oportunidad de sobrepasar a Uruguay y a Ecuador, en puntos y en el calendario, porque la posición de cuarto en este momentos, visto el panorama, es una especie de espejismo. Vienen juegos duros contra Brasil y Argentina como visitante, de modo que le tocará resolver como local ( con un calor que parece perjudicarles) ante Perú, Venezuela y Paraguay. De nada le sirve arañar un punto como visitante, si no gana en Barranquilla.
Esta es una Colombia que sólo juega bonito en las repeticiones de las opciones que hace la televisión, invadida por comentaristas deportivos mediocres, que acomodan , que justifican el mal momento, porque en desarrollo de los juegos uno ve un equipo que camina la cancha y que no tiene creatividad.
Si los competidores del cuarto y quinto cupo no fueran tan malos, como Paraguay, Chile y Perú, que jugaron a favor de los de Ruedas, hace rato estuviésemos de siete o de ocho. Chile y Bolivia aprietan desde atrás, ganando los dos últimos partidos, pero algunos de ellos se enfrenarán entre si y ante los de arriba, por lo que solo el calendario podrá salvarnos, en caso de que Colombia no ajuste sus líneas de ataque.
Ya lo dije, esta Colombia no me emociona, no me llena de expectativa, pero siempre estoy al frente del televisor a ver si me callan la boca.