Charles Freyberg
María Del Castillo Sucerquia

Poesía de Australia: Charles Freyberg

CHARLES FREYBERG. Kings Cross, Sídney. Poeta y poeta performance. Hizo un posgrado de poesía en la Universidad de Sídney, bajo la supervisión de Judith Beveridge. Autor de los libros Crumbling Mansion y Dining at the Edge (Ginninderra Press). Sus poemas se han publicado en Meanjin, Plumwood Mountain, Poetry Sydney, las antologías Ginninderra, la antología de poesía australiana traducida al rumano Sydney to Bistrita, Sappho Poets y periódicos locales. Recibió un premio por su poesía LGBTQI en la Escuela Nacional de Arte durante el Mardi Gras de 2020. Ha participado seguidamente en conciertos de performance poético en Sídney, como Word in Hand, Glebe Poetry Lounge, Live Poets at Don Bank y Poetica Bondi. En los años 1990, trabajó como actor y director, especialmente con el payaso surrealista Victor Sheehan, su primer mentor poético. Su propia escritura comenzó con espectáculos drag y performances organizados en el Club Bent a finales de los noventa y con varias obras de teatro. Convirtió una selección de poemas de Crumbling Mansion en un espectáculo individual que se presentó en El Rocco y realizó una gira por Newcastle acompañado por la cantante Marguerite Montes. Su trabajo ha sido representado por Experiment de Peter Urquhart en el Conservatorio de Sídney, Vanessa and Friends (una noche teatral de su poesía en El Rocco Kings Cross), Taken for a Ride en el Festival de Surry Hills, en la Copa Mundial de Poesía Nimbin y el Museo de las Pulgas en Sydney Fringe. Este año ha estado interpretando poemas de Sacred Remnants con Fierce Violets, un grupo de poesía musical. Viajó a Queensland para realizar una investigación poética para Sacred Remnants, y algunos de los poemas se inspiraron en un viaje reciente a Inglaterra. Agradece a todas las bellas y vivificantes excéntricas que lo han inspirado.


VANESSA IN THE SUBURBS.

We roved bare- chested
reeking with sweat
half starved muscles
ready to strike.
We gave our finger to the world
raucous like scraping metal,
her photo singing in my pocket.
I mirrored their swagger
the bored scowl
exploding to a jerky flurry
of shit mixed with words
at the stuffed shirts, the purple perms in lace
the houses peeling in ramshackle rows.
I master then sharpen
their whistles and grunts
to ever bigger talk, a new bravado.
They follow me, I follow them
but then, like it’s on a better planet
a green silken dress
flaps on a clothesline,
they don’t see it,
but do they see my blush?
My shout is the loudest
at naked flesh
torn from a magazine
in their shaking hands,
she’s smiling just for me
my lips smile back.
I bask in their arousal.
My defences are fraying
I raise my fists
spoiling for a fight.

2

“He hangs there like a spider.
Let’s crush him.”
He stays too long
like he’s glued to the urinal,
he winked at me once
I winked back
but now
we hold him
smash his head on porcelain
blood drips into piss
he flails
stick limbs, ugly face
like a grasshopper
until he flops, crushed in our grasp.
Defiance pulses from his irises
questioning just me
something passes between us.
I kick him and leave.
I vomit outside
a moment alone
to plot how to steal
the silken green dress.

3

I take her photo from my pocket.
I place it on the mattress.
I tear off my tank top and shorts.
She’s wrapped in velvet
shining curls fall
over her naked shoulders,
the poise of her crimson lips
about to burst into song.
I want to merge into her
but I can’t,
my body in tangles.
I touch the green dress.
The boys crudely call to me like demons
as I stand
searching for her shapely flow.
Nothing. I’m nothing
I’m a void in between them.
I want to die.
I cut my chest with a knife.
I bleed in pain. I’m alive.
I can’t die now and always be
this spotty empty boy.
I take a bag
pack the green dress
her photograph and the torn centrefold.
I’ll miss the boys and they’ll miss me.
My first loves, I grew with them.


VANESSA EN LOS SUBURBIOS.

Vagamos con el torso desnudo,
apestando a sudor,
con los músculos medio hambrientos
y listos para el ataque.
Le mostramos nuestro dedo al mundo,
estridente como el metal raspado,
y su foto cantando en mi bolsillo.
Reflejé su arrogancia,
el ceño fruncido explotó
en una ráfaga espasmódica
de mierda mezclada con palabras
hacia las camisas ajustadas,
las permanentes moradas en encaje,
las hileras de casas deslucidas.
Domino y luego afilo
sus silbidos y gruñidos,
hablo cada vez más alto; una nueva bravata.
Me siguen, yo los sigo,
pero entonces, como si estuviera en un planeta mejor,
un vestido de seda verde
ondea en un tendedero,
no lo ven, pero ¿ven mi rubor?
Mi grito es más fuerte
hacia la carne desnuda
arrancada de una revista
en sus manos temblorosas.
Ella sonríe solo para mí,
mis labios le devuelven la sonrisa.
Disfruto de su excitación.
Mis defensas se deshilachan,
levanto los puños
ansioso por pelear.

2

“Está ahí colgado como una araña.
Vamos a aplastarlo”.
Se tarda demasiado tiempo,
como si estuviera pegado al urinario;
me guiñó un ojo
le guiñé de vuelta.
Pero ahora lo abrazamos
y le aplastamos la cabeza contra la porcelana;
la sangre gotea en la orina,
agita sus extremidades
como estacas, su cara fea
como la de un saltamontes,
hasta que se desploma,
aplastado por nuestro agarre.
El desafío late desde sus iris
cuestionándome solo a mí,
algo pasa entre nosotros.
Lo pateo y me marcho.
Vomito afuera
un momento a solas,
para planear cómo robar
el vestido verde de seda.

3

Saco su foto de mi bolsillo.
La pongo sobre el colchón.
Me quito la camiseta sin mangas y los shorts.
Está envuelta por el terciopelo rizado y brillante
que reposa en sus hombros desnudos;
el aplomo de sus labios carmesí
pronto estallará en una canción.
Quiero fundirme con ella,
pero no puedo,
mi cuerpo está enmarañado.
Palpo el vestido verde.
Los chicos me llaman con palabras soeces, como demonios;
estoy de pie, buscando su espléndido flow.
Nada. No soy nada.
Soy un vacío entre ellos.
Quiero morir.
Me corto el pecho con un cuchillo.
Sangro de dolor. Estoy vivo.
No puedo morir ahora y ser siempre
este chico vacío y con acné.
Llevo una bolsa con el vestido verde,
su fotografía y la página central rota.
Extrañaré a los chicos y ellos me extrañarán a mí.
Son mis primeros amores.
Con ellos crecí.


HELLEN.

Twenty five years ago
like you
I ran
Whispers were all around me
I wanted to laugh with men in bars
but I felt their contempt
no kisses in a back lane
as hands tear my clothes and they’re gone.
I ran to find a place where…….
a generous place, a refuge, but….
but they found me
and gagged my accusations
as God’s avengers.
They put me in the mad house
with other quietly furious women
or howling like me……

Alone on the street
searching for fantasy
then the glint of diamonds
sharp across my face.
“I have a job, a bit of adventure
for a feisty girl like you.”

Her name was Tilly Devine.
Her slashing tongue barked
orders to men in dishevelled suits,
her scowl wrapped in a silken scarf.

A room with velvet cushions, girls swagger
with brittle poise sniffing Charlie.
Drunks tear me open and boast,
or cower abject on my breast
again and again, six times a night.
I’d collapse in exhaustion.

How I wanted her strength in fury
more brutal than her thugs
my lips fixed in a sneer like hers,
no longer a frightened girl
rehearsing fake laughter.

A new girl cries so I caress her.
I sense my hidden flow of kindness.
I didn’t want to shrivel with curses!
I fled to protect a something I couldn’t name.

“I have a house, a crumbling mansion
in a lively treelined street.
And a room full of dresses….”


HELLEN.

Hace veinticinco años,
como tú,
corrí.
Había susurros a mi alrededor.
Quería reírme con los hombres en los bares
pero sentía su desprecio.
No hubo besos en el callejón
mientras las manos rasgaban mi ropa y se iban.
Corrí para encontrar un lugar donde…
un lugar generoso, un refugio, pero…
me encontraron
y amordazaron mis acusaciones
como vengadores del Altísimo.
Me enviaron al manicomio,
junto a otras mujeres, de furia silenciosa
o aullando como yo…

Sola en la calle,
en busca de fantasía,
un destello de diamantes
afilados cruzó mis mejillas.
“Tengo un trabajo, un poco de aventura,
para una chica luchadora como tú”.

Su nombre era Tilly Devine.
Llevaba el ceño fruncido, envuelto en una bufanda de seda.
su cortante lengua ladraba
órdenes a hombres de trajes desaliñados.

Había una habitación con cojines de terciopelo,
chicas de frágil aplomo
que se pavonean y olfatean a Charlie.
Los borrachos me desgarraban y se jactaban,
o encogían abyectos sobre mi pecho,
una y otra vez, seis veces por noche.
Colapsaba de agotamiento.

Cómo deseaba que la fuerza de su furia
eclipsara el salvajismo de sus matones.
Mis labios se crisparon en una mueca de desprecio, como los de ella;
ya no era una niña asustada ensayando una risa falsa.

Una nueva niña llora, así que la acaricio.
Percibo mi encubierto flujo de bondad.
¡No quise marchitarme entre maldiciones!
Hui para cuidar algo que no podía nombrar.

“Tengo una casa, una mansión en ruinas
en una calle arbolada y alegre.
Y una habitación llena de vestidos…”


VANESSA AND HELLEN.

Up the rickety darkened stairs
then we walk into a cave
smelling of joints and wilting flowers.
She lights candles streaming with flaking wax.
The room reveals its treasures
dress racks coated with a sheen of dust
her red lips smile over yellowing teeth.
My fingertips glide over satin
glowing lame, the rough warmth of tweed
a needle drops on a walnut phonogram.
A yearning song shivers through my body
I open my arms
my breathing deepens
my mouth begins to move
fabrics tremble, pitch black, blue of oceans
taunting scarlet, orange of egg yolks,
I touch, I want them
to blossom on my body.
She laughs
with a tinge of phlegm and sorrow
and I laugh too
it’s a fairy tale all around me
the story of a strong woman.


VANESSA Y HELLEN.

VANESSA Y HELLEN.

Subimos las escaleras destartaladas y oscuras,
entramos en una cueva
que huele a porros y flores marchitas.
Ella enciende velas que rezuman cera.
La habitación revela sus tesoros:
percheros cubiertos por una capa de polvo;
sus labios rojos desnudan dientes amarillentos.
Mis dedos se deslizan sobre el brillante satín
y la áspera calidez del tejido escocés de lana.
Una aguja cae en un fonograma de nogal,
una canción anhelante me estremece el cuerpo.
Abro los brazos,
mi respiración se profundiza,
mi boca se mueve.
Tiemblan las telas: negras como el carbón, azules
como los mares, escarlatas y provocadoras,
naranjas como la yema de huevo.
Las palpo, deseo
que florezcan en mi cuerpo.
Ella se ríe con un dejo de aplomo y tristeza,
y yo también me río.
Hay un cuento de hadas a mi alrededor,
la historia de una mujer fuerte.


VANESSA AND SHIRLEY BASSEY AT LES GIRLS.

I cannot meet the mirror
I’m empty like the dresses
hanging on the rack.
Shirley
can I leap with you
soaring and plummeting on a gust
way over the orchestra,
notes spurting like blood from my throat
an exquisite sauce,
I sigh
a lump of purple glaring on my neck
it stings as I tease it
with a viscous blob of makeup
his kisses seem last year, not last night.

I touch the itch of gilded twill
silk as glossy as lips,
Hellen stitched
her foot on the treadle
sequins glow
over red and purple lace,
her laughter resounds
a ridicule of dullness
then the venom of her stare
her reasoning a weapon,
“Lets find more strength than them.”
I chuckle as I gag.
The dancers are dressing,
fabric in strands like petals
starts to blossom on their bodies.
I embolden my makeup
the ghost of crazy Ophelia
throwing punches at the court,
we’re freed from all constraint.
I’m nervous like a fever.

The stages shakes under our feet
as men quaff cocktails
pinching their wives,
they share our longing
for the world to be upended
just here, just now,
we turn the tables
on the men who’ve monstered us
the leering tables of bucks
burn with our acid beauty.
We curtsy to their cheers.
This is my life.


VANESSA Y SHIRLEY BASSEY EN LES GIRLS.

No puedo encontrarme en el espejo,
estoy vacía como los vestidos
colgados del perchero.
Shirley,
¿puedo saltar contigo?
Y volar y caer en picado
sobre la orquesta,
en notas que brotan como sangre de mi garganta
como una exquisita salsa.
Suspiro
y un bulto púrpura brilla en mi cuello,
me arde al ponerle el viscoso maquillaje.
Sus besos parecen del año pasado, no de ayer.

La sarga dorada brilla como los labios,
palpo su picazón.
Hellen cosió
su pie en el pedal,
las lentejuelas brillan
sobre el encaje rojo y púrpura,
su risa resuena,
burla de la monotonía,
tiene veneno en la mirada,
su razonamiento es un arma:
“Encontremos más fuerza que ellos”.
Me río entre dientes mientras siento arcadas.
Los bailarines se visten,
las telas en hebras, como pétalos,
florecen en sus cuerpos.
Envalentono mi maquillaje,
soy el fantasma de la loca Ofelia
lanzando puñetazos a la corte;
nos liberamos de toda restricción.
Estoy nervioso como una fiebre.

El escenario tiembla bajo nuestros pies
mientras los hombres beben cócteles
y pellizcan a sus esposas.
Comparten nuestro anhelo
de que el mundo se ponga de cabeza,
justo aquí, ahora;
rodeamos a los hombres
que nos convirtieron en monstruos,
las mesas de los machos
arden con nuestra belleza mordaz.
Hacemos una reverencia ante su aclamación.
This is my life.

 

Fotografía: John Janson Moore.


Cortesía del autor

María Del Castillo Sucerquia

María Del Castillo Sucerquia (Barranquilla, Colombia - 1997). Poeta, traductora (francés, inglés, italiano, portugués y griego), agente literaria, terapeuta en medicina oriental (Escuela Neijing, España). Aprendió idiomas en la Universidad del Atlántico. Estudiante de idioma hebreo. Ganadora del premio de poesía Naji Naaman, categoría Creativity prize, (Líbano, 2022); del premio “Un poema para Meira Delmar – 2022 (Biblioteca Meira Delmar, Barranquilla, Colombia); del premio Golden Heart, que otorga la Fundación Internacional Rahim Karim Karimov (Rusia – Kirguistán, 2022), en reconocimiento a su obra literaria y de traducción; del primer puesto del VII premio Mesa de Jóvenes “Jorge García Usta” (Festival Internacional PoemaRío – Biblioteca Piloto del Caribe) con su libro “El tren silenciado”; del segundo puesto del certamen de poesía Paz en Femenino, 2023, Universidad del Magdalena, entre otros reconocimientos. Sus poemas han sido traducidos al chino, inglés, canarés, bengalí, polaco, entre otros, y publicados en antologías y medios digitales e impresos nacionales e internacionales. Directora de la revista Read Carpet Colombia. Curadora y traductora de revistas literarias y medios nacionales e internacionales. Ha traducido la obra parcial de más de 90 autores alrededor del mundo.

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