El cumpleaños del heredero.
Aquí con el autor de esta nota, Rafa al centro y el maestro Juancho Nieves, en el festival de la hamaca grande en Cartagena, hace años.
Hace un año exacto, el seis de abril de 2023- año nefastamente político y cruel- cayó un zipote aguacero en San Jacinto. No fue un aguacero plano y fluido. Nada. Esta vez primero llegó la brisa que tiró la ropa que estaba en los alambres, las gallinas se tiraron de las trojas sacudidas por el ventarrón y Hernán Villa fue el primero en llegar a la casa del cumplimentado, con Enith, su corroncha del alma. Era el cumpleaños- ya son casi sesenta- del heredero de la gaita, Héctor Rafael Pérez García, premio Grammy latino.
Yo, que soy metido- voy hasta donde no me invitan- saqué mi auto del patio, poco antes de que se precipitara la brisa y la lluvia, que destechó varias casas- entre ellas la de Migue Peto- y tiró la mata de veranera que pesaba varias toneladas.
Cuando llegué a San Francisco, en la parte alta- creo que esta tienda se quebró-, antes de la casa del adulto Mayor, ya allí estaban Hernán el corroncho Villa con su corroncha. Ya habían destapado la primera de Tres Esnaqui, mientras el cumplimentado se las tiraba de loco, rebuscando cosas en la oscuridad de la casa, que se ha ido trepando por la loma de Santander. Después llegó Eduardo Caro, cuyo cumpleaños- el 20 de enero- ya le compite a las fiestas de Sincelejo. Con la muerte de Adolfo Pacheco, que nos acostumbró festejar el 8 de agosto, estos cumpleaños van haciendo cola. Súmenle el de Juancho Rois, que es en noviembre y el de Miguel Manrique, que es el 26 de diciembre. El de Toño García es el 16 de enero.
Apenas nos estábamos acomodando en los taburetes, cuando pegó la brisa, estalló un trueno y se vino la lluvia. Había alegría, por aquello de que no tenemos acueducto, pero llovió muy fuerte. Aquello parecía un diluvio. Hubo mucho miedo y una emergencia.
Bueno, pero llovió, en la celebración de los sesenta años de Rafa Pérez, para mi, el juglar joven mas fuerte de San Jacinto. Rafa no hace canciones por encargo ni las pule para la nueva ola. Hace una canción cuando le nace. Y las hace muy bien. No tiene muchas, pero las que ha hecho ya son un icono de la gaita. Además, siempre se preocupa por la suerte de San Jacinto. Lo malo es que quiere ser cantante y su voz no da para eso. Yo creo que lo supero, pero esto no es pista de competencia. Dentro de mis pocos amigos que tengo- soy muy criticón- Rafa es uno de los mejores.
Su talento no solo se traduce en gestión cultural y en canciones, al frente de su fundación Mi gaita, sino en sus maravillosas hijas, que son grandes talentos y muy bonitas. Ellas ganaron las mejores becas para estudiar carreras muy modernas, como la ingeniería ambiental. Creo que al varón, que es el último guarrulito, lo llevaba muy harriado en medio de la nueva ola, pero ya el heredero está cogiendo garbo. Ese pelao ahora que no se le salga el gallo, lo que va es a gozá.
En 2020, cuando Rafa cumplió 57, dije que era el juglar de mayor futuro en San Jacinto y dejé por olvido a un amigo por fuera y con mucha razón me reclamó. le pido perdón.
La ventaja de Rafa es que es un juglar natural, desde que nació. No ha cambiado ni hace una canción pensando en plata, sino en legar una tradición, arte.
Hoy ya me escribió, el cielo es San Jacinto está despejado y brillante.
Feliz cumpleaños, amigo ingrato, voto loco.
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RAFAEL PEREZ GARCIA, EN PRIMERA PERSONA (i) – Hamburger Channel
