LA SEXTA QUIEBRA, UN TRATADO DE MAMAGALLISMO.

¡LA SEXTA QUIEBRA!

RAFA PAREZ G2

El restaurante El Cumbiambero, es un nuevo atractivo de San Jacinto.

El nombre de esta crónica me suena para el título de un libro, una especie de tratado sobre el mamagallismo exacerbado de un pueblo bellamente difícil, como lo es San Jacinto de Duanga.
Cabe destacar, que en El Sitio de Duanga, en medio de ese talento que se desparrama por sus calles y que se sienta a echar chistes en los sardineles, una quiebra económica es un asunto de la moral. A quien se quiebra se le falta el respeto. Al hombre que se quiebra la irrespetan hasta a la mujer. Si va a la tienda a fiar el arroz para la cena, se la enamoran de frente. Y ella, para evitar una desgracia, se guarda aquella afrenta, mientras su marido, inocente, se mece en una hamaca. Sí, porque son las mujeres las que se atreven a salir a la calle a pasear una hamaca o ir a fiar en la tienda de la esquina.
Los malos resultados económicos del Viejo Miguel Pacheco Blanco, que fueron fecundos para la poesía del dolor, desfogada por Adolfo Pacheco en su canto clásico al padre ausente, que no se fue tan solito para Barranquilla ( se llevó dos mujeres y diez de sus 26 hijos), patentizan esa puja por la economía domestica.
En nuestros pueblos todo se sabe. Y lo que no se sabe se lo inventan.

RAFA PEREZ G

El maestro Rafael Pérez García, un maestro con sentido de pertenencia.

Lo mas importante, es que cualquier situación adversa, es motivo no solo para la poesía, sino para el humor. Y se pregona en las parrandas y sardineles. Lucho Vásquez, que no es tan traste, se ríe de que fue rico varias veces y esas mismas veces le ha tocado levantarse sobre sus cenizas, para sustentar una gran prole de más de trece hijos en diferentes aventuras.
“La sexta quiebra”, titulo que muy probablemente llevará mi próximo libro, surgió de la mente fantasiosa y mamagallista del Traste. O lo oyó en alguna parte. Y cometió el pecado de decírmelo a mí.
Hernán Villa, que no es que sea tan corroncho como él mismo se hace llamar, también se burla de sus ocho quiebras, siendo la más festejada la del Consulado, un restaurante esquinero que mantuvo por muchos años en la calle de las putas, en Cartagena, donde fui testigo de grandes parrandas y reuniones de alta turmequé, en tiempos que ya no volverán.

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Rafa Pérez García, en la mitad de Alfonso Hamburger y Juancho Nieves.

Todos estos festejos se dan, mientras sigue la lluvia, en medio de un nuevo emprendimiento del maestro Rafael Pérez García, cuyo nombre parece robado a Roy Rodríguez, “ Restaurante El Cumbiambero», que ya está pegado. Allí llega la gente como moscas al panal.
Y Rafa nunca se quiebra, porque les saca filo a todos los eventos de la vida, sabiendo que pierde mas quien se queda en casa rascándose la barriga. No tiene un pollo quien no arriesga un huevo. Y Rafa, es un gestor de empuje, a quien por lo menos le queda la musa para hacer una canción.
Le sugerí a Rafa, para matar el veneno de las malas lenguas, que bautizara su nuevo restaurante “La Sexta Quiebra”, para hacerle un atajo a los malos tiempos y a las malas lenguas, mientras se congrega con sus amigos para tocar esos palitos a cantar una decimas y atender a los numerosos clientes, en un emprendimiento que ya suena por todo el país, como una gaita renovada y fresca.
Y como Rafa no me copió la idea, no me queda otro remedio que mamarle gallo a la vida y empezar a escribir mi nuevo libro, un tratado de mamagallismo exacerbado: LA SEXTA QUIEBRA.

CODA: Rafa, Guárdame el mejor plato de la mesa para el fin de semana, con la mica prieta de fondo.

Alfonso Hamburger

Celebro la Gaita por que es el principio de la música.

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