Los primero en padecerlo fueron los vallenatos, cuando los directivos del festival de su leyenda empezaron a traer grandes artistas internacionales, quienes se llevaban jugosas sumas de dinero, mientras los Tijito, Cervantes o Mendoza, solo miraban por las rendijas. Sí, porque en Valledupar también hay músicos desplazados.
En Bogotá también criticaron alguna vez la inversión de más de mil millones de Canal Capital, en un concierto de Rock. Y lo hacen como colchón para adormecer a las masas sublevadas. También como publicidad o negocio. Les gusta el rating y lo hacen sin asco. Es lo que Libardo Barros llama la cultura como espectáculo.
Y la arremetida ha ido avanzando. En nuestra Sabana, donde hay más músicos desplazados que en otras partes, porque nos arrasó el vallenato, en muchos festivales el dinero se lo llevan los de afuera. Al menos en el pasado Festival Sabanero, tuvieron en cuenta a los Maestros Gilberto Torres, Miguel Durán y a Adolfo Pacheco, en medio de la avalancha vallenata y de champeteros y reguetoneros.
Ahora sucede que el Festival multicultural de los Montes de María, invierte 1.700 millones de pesos- según publica Armando Tapias- mientras el proceso de los festivales terrígenos, padece de financiamiento. Solo Silvestre Dangond se llevó una buena tajada, mientras a Los gloriosos gaiteros de San Jacinto, solo les dieron cinco millones de pesos.
Quienes trabajamos por la cultura raizal, debemos unirnos y alzar la voz para que los mandatarios reaccionen y al menos sean equilibrados.
Excelente aporte Estimado. Sin embargo los empresarios van por el business, ahora cuánto de ese dinero recaudado para los empresarios hay como beneficencia en las obras sociales?– para personas de la tercera edad, comunidades menos favorecidad, niñez en otros aspectos…