UN NOTARIO DE 1700 GOLES
Guillermo González Guardo no revela por ningún lado el gran goleador que es, con casi mil setecientos goles en su dilatada carrera de futbolista, pero tiene cara de notario. No parece otra cosa. Ni siquiera tiene cara de timbalero de famosos conjuntos musicales.
En el Gurrufero todo se fue dando de una manera tan especial, que sólo Dios ha podido hacerlo. Faltaba un actor y llegaba un mejor reemplazo. Un día antes de iniciar el rodaje un camarógrafo renunció porque se le dañó la cámara, lo que ponía en riesgo el inicio del proyecto, pero apareció una cámara salvadora
Para el papel de notario había dos candidatos, Rogelio Arrieta Caro y Alberto Vásquez , quienes ya habían sido notarios de San Jacinto. El escogido fue Arrieta Caro, pero el día que le tocaba actuar le salió un viaje para Magangué. Y el reemplazo ni mandado a hacer. Guillermo González Guardo, quien viene haciendo una bonita labor de memoria en las redes sociales, vive a media cuadra del hotel Montes de María, donde se rodó EL Gurrufero. Lo llamamos y allí estaba, con su sonrisa intacta. Todo un señor. Cuando se presentó ante el asistente del director, Juan David Agámez, se quedó paralizado. Guillermo no sólo tenía cara de notario, sino que estaba impecablemente vestido como notario.
Guillermo González Guardo tiene un impresionante palmarés como deportista, dirigente deportivo, músico y periodista. Fue director de Artesanía Estéreo, la segunda emisora comunitaria de San Jacinto y después alcalde, pero este empleo no lo quiere recordar, prefiere dar un salto. Si pudiera borrarlo de su hoja de vida lo haría, me confesó. Guillo, de una impresionante calidez humana, colaborador y un guerrero del deporte, tiene una historia digna de una novela. Su padre, Ramiro González, quien fuera concejal por muchos años, macondero y animador de fiestas, fue el único hijo de un cubano que llegó al pueblo, de allí su vocación musical.
Guillermo, es otro de los actores del Gurrufero.