Los rastros de la memoria (VII)
Introducción:
En su momento se escribió y se habló tanto de los falsos positivos, que este título pareciera un refrito, pero no. Se trata de una crónica cruda, de barro colorado, de cantina y de barriada, que pone al lector en el propio escenario de los hechos. Hay color. Huele a fango, a camino real.
Por: Alfonso Hamburger y Claudia Castellanos
Sin olvidar el contexto y sobre lo que ya parecía cosa juzgada, el cronista revisa mamotretos de expedientes y saca a la luz casos pilotos que muestran centímetro a centímetro, letra a letra, plomo a plomo, como se fraguó la red criminal, el clúster que en solo un año y tres mese acabó con la vida de centenares de jóvenes cazados como a verdaderos animales en sus casas, en el barrio, en la cantina o en el monte, la mayorÍa reinsertados de las AUC que apenas empezaban a sufrir y a vivir el miedo escénico de la vida civil, porque la mayoría habían delinquido de alguna manera y sabían “que algo podía pasarles”. Fue como una psicosis colectiva que los llevó a la muerte.
El cronista patentiza que por mucho que se haya hablado de una cosa o de un hecho, siempre hay maneras distintas de contarlas, porque se ha atrevido a romper el balín de acero a ver qué era lo que tenia adentro.
En esta crónica de varias entregas, que enlazan los tiempos, el periodista tomó la madeja y fácil no le fue conseguir la punta de la pita para empezar a tejer una historia ( pero lo hizo) como si se tratase de la mochila en la que carga sus implementos de trabajo.
ACLARACIÓN NECESARIA
No es lo mismo guerra que violencia. Dicen que en la guerra como en el amor todo se vale, lo que no se justifica son los altos niveles de violencia, que aún siguen en nuestra sociedad, que parece vivir momentos de histeria colectiva. Nuestras instituciones fueron infiltradas, sin duda, por la guerra.
En contexto, entre la aparición de Jaime Piedrahita, el paisa que trajo a Sucre la estrategia de las autodefensas y la desaparición de Rodrigo Mercado Peluffo ( el sanguinario jefe paramilitar que le sucedió), en las sabanas del Caribe, donde operó la llamada Fuerza de Tarea Conjunta, conformada por mil hombres, con sus falsos positivos, 123 pueblos fueron desalojados, tres mil personas desparecidas, descubrieron más de 500 fosas comunes y 63 mil hectáreas de tierra abandonadas.
Las cifras, reveladas por la Unidad Administrativa Especial de Gestión de Restitución de Tierras Despojadas (Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural), en un taller para periodistas en Sincelejo, con base en una investigación adelantada por el profesor , José Francisco Restrepo, patentizan la crudeza de la guerra.
La misma cantidad de tierra, es la que actualmente interviene la Unidad de Restitución, siendo el pico más alto del conflicto el año 2002.
Según Restrepo, la guerrilla en los Montes de María, una zona donde no se produjeron más de 27 combates promedios al año entre autodefensas y guerrillas, tuvo un alto grado de victimización y baja intensidad, con relación a otras zonas, que la cuadriplicaron.
Indicó que la Anuc, de alta incidencia en la zona, no cohonestó el armamentismo, pero en El Salado ( afectado por una masacre en el año 2000), fue donde inicialmente se promulgo el nacimiento del grupo Patria Libre, que hizo una declaración pública sobre sus planes. Paradójica mente, El Salado, corregimiento del Carmen de Bolívar, fue el pueblo más afectado dentro de las masacres perpetradas por los paramilitares, en su accionar sistémico, planificado y con la anuencia de un Estado que se hizo del de la vista gorda. Comprobado en el caso de Chengue, donde fue condenado el comandante del Bafin de Corozal.
Las AUC consideraron que la masacre de El Salado fue un acto de guerra contra las guerrillas subversivas, que se mimetizaban en la población, debido a que el Ejercito jamás se encontraba con ellas, como si fuesen fantasmas que operaban de noche y se quitaban el uniforme de día, en que fungían como labriegos.
En la zona, la guerrilla enterró tres mil minas quiebra patas para defenderse de los paramilitares y de la Fuerza de Tarea Conjunta, que solo perdió en su accionar, 19 miembros. En medio de la compra indiscriminada de tierras, se dijo que una vez iban saliendo los grupos de desminados, atràs entraba el hombre del carriel para adquirirlas a precio muy bajo. La compra de hectàreas a ese nivel triplica el número de tierra abandonada e intervenida por la URT (Unidad de Restitución de Tierras).
La investigación, que muestra igual avances en el “posconflicto” , es vital para entender el proceso de aplicación de la ley 1448 o ley de víctimas, de 2011, que en el país y en Sucre, marcha con algunas criticas.
Audio y videos relacionados:
Mototaxista excluido y violentado: https://www.youtube.com/watch?v=O46j8LX_qqs
Crónica del desplazamiento: https://www.youtube.com/watch?v=04w-dwgDxzs
La inocencia en medio de la guerra: https://soundcloud.com/alfonso-ramon-hamburger-fernandez/la-inocencia-en-medio-de-la