El manager, un oficio por profesionalizar.
Por ALFONSO HAMBURGER
Si Diomedes Díaz, el compositor y cantante vallenato de mayor éxito, hubiera tenido un buen manager, es posible que aún estuviera vivo.
El popular cacique no contaba la plata que se ganaba y la cuenta de sus hijos se los llevaba mamá Vila. Tampoco sabía por cuánto tocaba cada caseta. Vivía en una nebulosa.
Diomedes Diaz-
Félix Carrillo Hinojosa, Fercahino, contó que estuvo a punto de tomar el timonel de ese monstruo meses antes de su muerte, pero no pudo. La idea era hacer diez mega conciertos al año y con ello habría garantizado multimillonarios recaudos. Se evitaba el ajetreo y el trasnocho de hacer más de 150 casetas en pueblos perdidos, para ganar menos. Pero Diomedes a veces entraba en depresiones oscuras y se volvía inmanejable. Dejaba las casetas llenas esperándolo. No le importaba la plata ni la destrucción de los escenarios por los frustrado seguidores. Pero también habría que ponerse en sus zapatos y descubrir sus fantasmas sicológicos. Nadie lo hizo. Era un problema psiquiátrico.
Silvestre Dongón, copiando a Carlos Vives quizás y a artistas de otros géneros le apuntó a ello y hoy vive en Miami, tiene avión privado y está en primera plana.
Eso se hace con planificación y un buen manager, una profesión que no se estudia en las universidades y que se aprende en le día a día, como la cosa pública, que no tiene un manual. Se necesita mucha lógica y sentido común, que es el menos común de los sentidos. Y también un principio del marketing, en el sentido de que hablen de ti siempre, aunque no todo sea positivo.
Ana del Castillo.
Pero tampoco como Ana del Castillo o Poncho Zuleta, que hacen más bulla por fuera de su arte que en la tarima. A Ana del Castillo el manager empezó por controlarle el celular, la lengua y el licor. Parece que se está superando ,pero Youtube tuvo que cerrarle el canal o fue jaqueada. Es una excelente voz, como la de mi prima Laura la China Hamburger, compañera de Rolando Ochoa.
Aclaro que Laura no es mi hija, aunque mis hijas también cantan.
En ese marketing se ha ido aprendiendo. Joaco Guillen, el único en quien Diomedes confiaba, dice que lo de Poncho, con el caso de Karen Lizarazo es falta de un mánager, que también debe manejar situaciones muy personales del artista.
Alejo Durán, por ejemplo, no usaba esa figura. Quien le llevaba algunos asuntos era José Miguel Tapia Fontalvo , Trocha, su guacharaca, quien era oriundo de Las Palmas, San Jacinto, Bolívar.
VVivi Vergara Otero, manager de Juan Piña.
Cuando regresaba de Altos del Rosario, después de una semana de parranda, lo que recogía en el pueblo no le cabía en la canoa. Pero Durán también recogía mujeres.
Sería interesante que Viví Vergara Otero, manager exitosa de Juan Piña nos diera una cátedra de cómo manejar a nuestros artistas, que no es solo de comunity manager,que es parecido, pero que es otra cosa.
Por lo regular nuestros artistas fallan en este asunto y ponen allí familiares con los que se sienten de pronto más tranquilos, pero que no necesariamente funciona perfectamente. Se improvisa demasiado.
Un tema de veras muy interesante.